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» » Las cosas por su nombre

(25/09/14 - Opinión *Por Hugo Delgado)-.¿Qué nos dejó, qué provocó el mensaje de Cristina Fernández en la Asamblea de Naciones Unidas? ¿Cuál es el rol que juega hoy Argentina en el concierto de las naciones? ¿Por qué se desvirtúa el mensaje? 

Las cosas por su nombre... Y en la cara decían que hacían los hombres que “las tenían  bien puestas” en el barrio cuando uno era pibe.

En esas cuestiones no servían las indirectas, que eran tomadas como un símbolo de debilidad, de falta de confianza en uno mismo para plantarse ante quien fuera.

Eso fue lo primero que pensé cuando escuché el discurso de la Presidenta en Naciones Unidas.
No se lo mandó a decir por nadie, no usó metáforas, no suavizó nada de lo que piensa.

Claro que los mercenarios le buscarán el lado negativo y hasta inventarán alguno para que consuman los bobos que mañana denostarán un discurso que debería ser catalogado de brillante solo por el hecho de decir las cosas donde deben decirse y de frente porque total sus lectores solo necesitan un par de líneas que repetir, ya que ellos opinan pero no escuchan “mirá si voy a escuchar a esa yegua”.

Y es que en definitiva hay un sector de la sociedad, quizás el que más ha crecido en este gobierno, que no quiere ni necesita entender para poder expresar su odio de clase y solo busca una frase, cualquier frase, para denostar a una mujer, que comanda un gobierno que en definitiva los está representando.

Recuerdo, como instantáneas, imágenes encontradas.

La vergüenza ajena cuando el jeque riojano patinaba un inglés inentendible para ”quedar bien con los que cortan el bacalao” y hacía esfuerzos para resultar simpático.

El orgullo inocultable ante esta mujer que se planta frente a quienes se creen los amos del mundo y les dice que sus financiastas, sus aportantes de campaña “son terroristas”.

Esa frase, esa definición, redefinición en realidad del terrorismo, por algún extraño motivo me hizo recordar a la ocasión en que Ernesto Guevara planteó que los países del área comunista no podían seguir comerciando entre si con normas capitalistas. También fue en una cumbre de estados y también lo miraron raro.

Hace un par de días, uno de los principales editorialistas del Guardian inglés decía que Obama no actúa contra Paul Singer “porque le tiene miedo”.

Al día siguiente la Presidenta de todos los argentinos tildaba a Singer y a la caterva de especuladores como él de terroristas.

Los empleados Singer y sus colegas en el saqueo seguramente se habrán escandalizado, pero el resto de los mortales, a la sazón la inmensa mayoría de la humanidad, solo podemos sentir admiración de tamaños ovarios.

Admiración y placer de estar viviendo una instancia en que se está haciendo historia.
Las Naciones Unidas, mal que les pese a quienes quieran minimizar la acción de Cristina es el lugar donde decir esto.

Es cierto que es imperfecto, que no es un ámbito democrático, pero es innegable que no hay otro lugar en que plantarse ante quienes siguen reivindicando el capital por sobre la vida y decirles en la cara que, les guste o no les guste, las cosas están empezando a cambiar.

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