"Quisiera entregar mis condolencias a las familias de Diego Guzmán y Exequiel Borvarán, quienes fueron asesinados luego de participar de una manifestación autorizada", expresó hoy Bachelet durante una actividad en una comuna de Santiago.
Tras asegurar que su gobierno hará todos los esfuerzos para investigar y castigar a los autores del hecho, Bachelet advirtió que en Chile "no hay espacio para actos intolerantes y brutales".
Según dirigentes universitarios, los dos jóvenes, de 18 y 25 años, pintaban unos grafitis en los muros de un edificio ubicado en las inmediaciones de la Plaza Victoria, en pleno centro de Valparaíso donde concluía la marcha que reunió a unas 100.000 personas, cuando fueron atacados a balazos por el propietario del inmueble.
De acuerdo con los datos de la Policía Civil, los disparos salieron desde la parte inferior del edificio desde donde se encontraba el sospechoso, Giuseppe Briganti, de 21 años, quien en medio de protestas fue detenido y formalizado de la investigación en su contra por doble homicidio simple.
Pese a que Briganti se declaró inocente y afirmó que "nunca" disparó, quedó en prisión preventiva mientras la fiscalía investigue el suceso y el Tribunal de Garantía de Valparaíso estableció un plazo de 90 días para esa tarea.
En el domicilio del sospechoso, que tiene antecedentes policiales, estaba escondida un arma, con la que se presume que cometió el doble homicidio, y también pequeñas cantidades de droga.
Tras la detención, unas 50 personas se apostaron en las afueras del tribunal, principalmente jóvenes, quienes repudiaron al detenido, y en varias ciudades del país se realizaron anoche "velatones", una ceremonia en la que se encienden cirios, para recordar a las dos víctimas.
La diputada comunista y ex dirigente estudiantil Camila Vallejo exigió justicia por tan macabro crimen. "Queremos que se haga justicia, que se investigue bien lo que sucedió y que sea un aprendizaje para el país de que nada justifica estos hechos", dijo.
En tanto, la también diputada y secretaria general de las Juventudes Comunistas, Karol Cariola, repudió ayer el asesinato y convocó al "velatón" de noche para condenar masivamente el asesinato.
Los dos jóvenes eran estudiantes universitarios y uno era dirigente de la juventud del Partido Comunista (PC), según fuentes de la formación, que hace parte de la centro-izquierdista Nueva Mayoría, la coalición gobernante.
Las multitudinarias marchas estudiantiles en Santiago reclamaron mayor participación en los proyectos educativos. Los jóvenes alegan "pasividad" del gobierno, por lo que le dieron plazo a Bachelet hasta la próxima semana para que la mandataria entregue una "respuesta clara y contundente" sobre el tema.
La presidenta concurrirá el jueves próximo al Congreso, ubicado en Valparaíso, para dar cuenta al Parlamento y al país sobre el estado de la nación. En caso de que allí no encuentren respuesta, estudiantes y profesores advirtieron que las movilizaciones irán en ascenso.
Una de las promesas de la mandataria es mejorar los salarios y la preparación de los profesores, además de establecer gradualmente la gratuidad de la educación universitaria a partir del próximo año, entre otras medidas.
Desde la dictadura militar, que se extendió desde 1973 a 1990, la educación pública universitaria chilena es paga, con aranceles que llegan a miles de dólares anuales, mientras la mitad de los trabajadores percibe salarios mensuales por debajo de los 450 dólares.
La manifestación estudiantil se produjo en momentos en que el gobierno enfrenta una baja aprobación, cercana al 30 %, que llevó a la presidenta Bachelet a realizar esta semana un profundo cambio en su gabinete ministerial, del cual cesó a todo el equipo político y también al responsable de las finanzas públicas.
