"Se trata de una nueva forma de crimen organizado (...) Habrá que reflexionar sobre ello, pensar en medios para hacerle frente", declaró a la prensa local el ministro de Justicia germano, Heiko Maas, en relación al aumento de denuncias sobre unas agresiones que alcanzan nueva dimensión al implicar la participación de "más de mil personas", que agredieron o protegieron a los agresores.
La canciller alemana Angela Merkel llamó por teléfono a la alcaldesa de la ciudad de Colonia, Henriette Reker, y manifestó "su indignación ante estos actos de violencia insoportables y agresiones sexuales", si bien otros líderes políticos trataban de establecer un vínculo entre los mismos y la presencia de numerosos migrantes en el país.
Hasta la fecha la policía ha registrado 90 denuncias de acoso sexual, robos y al menos una de violación y se esperan nuevas denuncias.
Las fuerzas del orden están en el ojo del huracán por no haber intervenido durante estos hechos violentos en pleno centro de la ciudad ni haber realizado detenciones de eventuales sospechosos. El mismo ministro del Interior, Thomas de Maizière, criticó en la jornada de martes la falta de respuesta por parte de la Policía de Colonia.
Los informes policiales indican que los supuestos agresores eran en mayoría jóvenes de entre 18 y 35 años y aparentemente de aspecto extranjero.
En este contexto la alcaldesa de la ciudad indicó: "No tenemos ningún indicio que demuestre que se tratara de refugiados albergados en Colonia" o sus alrededores, insistió Reke.
Además, el ministro Maas también advirtió contra cualquier "instrumentalización" de estas agresiones en el debate político sobre la afluencia récord de migrantes en Alemania.
El aspecto de los agresores "no debe llevar a una sospecha general sobre los refugiados que, independientemente de su origen, vienen a buscar refugio en nuestro país", dijo por su parte De Maizière.
