"Hay un ligera posibilidad de que fuera un golpe escenificado", aseguró Gülen, quien volvió a negar su participación en el fallido golpe de Estado, que dejó casi 200 muertos.
En una breve intervención desde su residencia en Saylorsburg (Pensilvania), Gülen, quien fue acusado por el Gobierno turco de ser el instigador de la asonada militar que desde ayer viernes mantuvo en vilo al país, afirmó que la toma por la fuerza no es la vía del cambio en Turquía, informó la agencia de noticias EFE.
Decenas de partidarios de Erdogan se mantienen desde anoche en la puerta de la residencia del líder de la Alianza por los Valores Compartidos protestando en su contra y gritando consignas para que sea extraditado y procesado.
Durante el intento de golpe de Estado ocurrido, Erdogan afirmó que algunos de los militares sublevados recibían "órdenes de Pensilvania", en referencia a la residencia de Gülen en Estados Unidos.
El presidente turco pidió hoy que no se proteja a Gülen, mientras que el secretario de Estado, John Kerry, dijo que no ha recibido petición de extradición o pruebas "legítimas" de la participación del opositor en el golpe.
Aliado de Erdogan durante varios años, Gülen se exilió a Pensilvania después de que el presidente turco lo acusara en 2013 de promover una investigación por corrupción contra su Gobierno.
Desde entonces, el Gobierno incluyó al influyente clérigo en la lista de los llamados "terroristas más buscados" y Turquía ha pedido su extradición para juzgarlo en un proceso en el que puede enfrentar una pena de cadena perpetua.
