Amelong –que ya tiene dos condenas anteriores– les espetó a los miembros del Tribunal Oral Federal I de Rosario “Ustedes no son mis jueces naturales”, y exhumó el remanido argumento de que su conducta durante la dictadura debe ser evaluada por la Justicia Militar.
Además, dijo que “el Ministerio Público Fiscal está integrado de manera ilegal”; que en los juicios “no se llega a la verdad porque se coarta la prueba” y que el proceso oral que se le sigue es un “juicio de venganza”, tras lo cual negó los cargos que se le hacen.
Luego declaró el ex subjefe de la unidad militar de Inteligencia, el coronel retirado Oscar Pascual Guerrieri. “Mis jefes están todos muertos y siendo así me toca a mí cargar con toda la responsabilidad”.
Amelong, integró el Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario cuyo subjefe era Guerrieri. En el debate oral hay otros nueve imputados (militares retirados y personal civil de inteligencia del Ejército) de los delitos de homicidio agravado, privación ilegal de la libertad y tormentos contra 47 víctimas.
A su turno, el militar retirado Jorge Fariña se negó a declarar y sólo dijo que está por cumplir 75 años y espera que se le otorgue la prisión domiciliaria, a la vez que pidió no presenciar las audiencias.
El ex PCI Walter Pagano, otro de los imputados, solicitó lo mismo y negó los cargos en su contra.
Por su parte, el comisario retirado Rodolfo Isach –que prestó servicio como agente civil a la Inteligencia militar- le pidió al Tribunal declarar mañana por problemas en la garganta.
La mayoría de los imputados le pidió al TOF1 no participar en forma directa de las audiencias, sino desde sus lugares de detención o en sus domicilios, aquellos que fueron beneficiados con prisión domiciliaria.
La causa investiga lo sucedido con detenidos-desaparecidos en los centros clandestinos de detención que integraron el circuito represivo del Destacamento 121 de Inteligencia: “La Calamita”, “Quinta de Funes”, “La Intermedia” y “Escuela Magnasco”.
