El incidente se produjo el viernes cuando el doble de Trump, vestido de traje con una larga corbata roja y una gorra del mismo color, y el de Kim, con gafas y un largo abrigo negro, se abrazaron y saludaron a los espectadores mientras desfilaban los atletas olímpicos.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad les hicieron salir del estadio después de posar para selfies con la multitud, que estaba sorprendida en un principio, y causar revuelo en la tribuna. Los bromistas claramente tocaron un nervio en un momento políticamente intenso para Washington, Seúl y Pyongyang.
Los dobles, identificados como Howard y Dennis, denunciaron la actitud de los responsables de seguridad, asegurando que tenían la intención de transmitir un mensaje de paz. Además, expresaron su esperanza de que “los verdaderos Donald Trump y Kim Jong-un también podrían llevarse bien y no comenzar la Tercera Guerra Mundial”.
