Según el pacto suscrito este sábado, el Congreso Nacional (bicameral) tiene la responsabilidad de elegir un nuevo presidente “en los próximos días”.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Diputados, Cholzer Chancy, se ha mostrado satisfecho de que las autoridades hayan hallado por fin una solución para impedir el vacío de poder en el país caribeño.
"Era muy difícil encontrar una acuerdo, pero tenemos que dotar al país de un Gobierno para evitar el caos político", ha declarado el presidente de la Cámara de Diputados, Cholzer Chancy.
El mandatario haitiano propuso ayer viernes que el presidente del Senado haitiano, Jocelerme Privert, o el de la Corte Suprema de Justicia, Jules Cantave, asumieran temporalmente la jefatura del Estado, que él dejará mañana 7 de febrero.
A juicio de Marchelly, los ministros de su Gabinete deberían mantenerse en el cargo tras la transición del Gobierno.
De acuerdo con las fuentes locales, el actual presidente haitiano será reemplazado por el primer ministro del país, Evans Paul, y probablemente el domingo se celebre una ceremonia de agradecimiento a Martelly y de transición del poder.
Por su parte, la oposición haitiana ha sugerido este mismo sábado en un comunicado que Cantave asuma provisionalmente la Presidencia del país tras el fin del mandato de Martelly.
Asimismo, ha enfatizado que el Gobierno de transición debe tener como misión principal garantizar la paz, crear una comisión que investigue las supuestas irregularidades cometidas en la primera ronda de las elecciones presidenciales del pasado del 25 de octubre y crear un clima de confianza que permita celebrar la segunda vuelta de unos comicios libres y democráticos.
Haití debía haber celebrado hace dos semanas la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que ya habían sido aplazadas, pues inicialmente estaban previstas para el 27 de diciembre.
El candidato oficialista Jovenel Moise y el opositor Jude Célestin resultaron los dos primeros de la lista en la primera ronda del 25 de octubre.
Sin embargo, las autoridades electorales cancelaron la segunda vuelta debido a "problemas de seguridad evidentes" ante el aumento de la violencia y las protestas callejeras de la oposición, que afirma que en la primera ronda hubo un fraude para favorecer a Moise.
Célestin se negó a participar de la segunda ronda alegando que los comicios fueron una "farsa".
