Este miércoles estaba previsto que Da Silva se presente ante un tribunal de la ciudad de Sao Paulo (a unos 1000 km al sur de la capital Brasilia) para esclarecer las acusaciones sobre un supuesto ocultamiento de bienes, no obstante, la tarde del martes fue suspendida la convocatoria ante la justicia.
Por un lado se veía banderas del Partido de los Trabajadores (PT) agitándose en el aire y se escuchaba consignas de apoyo al exmandatario, mientras, a pocos metros, un grupo gritaba "¡Fuera Lula, fuera PT!".
Algunos manifestantes pro Lula han comenzado a lanzar piedras y palos contra el gran muñeco inflable "Pixuleco" que representa al exobrero metalúrgico vestido de presidiario y que los opositores cargan consigo en todas las manifestaciones como símbolo contra el Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
De este modo, los ánimos se han caldeado rápidamente con gritos y llegando incluso a intercambios de golpes.
La policía ha intervenido con gases lacrimógenos y muchos agentes han tenido que enfrentarse cuerpo a cuerpo para separar a los dos grupos de manifestantes, que también han llegado a bloquear el tránsito.
La corte llamó a Lula para que esclarezca la compra de un apartamento tríplex en un balneario costero del estado de Sao Paulo, que presuntamente el ex presidente no había declarado como suyo.
Este y otros casos judicales ponen en peligro la eventual candidatura de Lula en las presidenciales de 2018.
Brasil últimamente es escenario de una constante agitación social con marchas a favor y en contra de las políticas de Rousseff.
