"De acuerdo con los resultados del registro (de su vivienda), no se reveló vinculación alguna con Daesh" (acrónimo árabe del grupo terrorista EIIL), ha indicado este sábado el jefe de la policía de la ciudad, Hubertus Andrae, durante una rueda de prensa en Múnich, transmitida por la cadena N-24.
El pasado viernes por la tarde, un individuo abrió fuego contra los transeúntes cerca del centro comercial Olympia de Múnich. Hasta el momento, según ha confirmado Andrae, 10 personas han muerto y 27 han resultado heridas en este ataque (10 de ellas de gravedad). El semanario alemán Der Spiegel, citando a fuentes anónimas, ha confirmado que "Ali David Sonboly (foto)" sería el nombre del atacante que se suicidó en la escena del tiroteo.
La autoridad alemana ha indicado que se considera que el atacante, que tenía 18 años y nació y creció en Múnich, actuó en solitario y que por el momento no creen que estén implicadas otras personas. La policía ha confirmado que Sonboly tenía 300 cartuchos de munición en su mochila en el momento del tiroteo y que era un "desequilibrado mental" que no tenía ningún tipo de motivación política en el ataque.
Lo que si ha encontrado la policía son indicios que apuntan a que el joven sentía fascinación por los asesinatos en masa y que recopilaba información en libros, revistas y artículos de diarios sobre "cuestiones vinculadas con desequilibrados" autores de matanzas.
Este y otros indicios han conducido a los investigadores a confirmar que existía un vínculo "evidente" entre este tiroteo y el asesino supremacista noruego Anders Behring Breivik, según ha apuntado el jefe de la policía. Cabe recordar que en el momento del tiroteo Sonboly gritó: "Extranjeros de m..., yo soy alemán".
Precisamente el viernes se cumplían cinco años de la masacre cometida por el ultraderechista noruego en la isla de Utøya, en Noruega, que acabó con la vida de 77 personas concentradas en una marcha de jóvenes laboristas.
Un informe en febrero advirtió que los terroristas solitarios de extrema derecha como Breivik son más letales y difíciles de detectar y que los gobiernos europeos y organismos policiales están pasando por alto esta amenaza.
