Por tanto, los huastecos, asentados en el lugar hacia el año 1000, pudieron haber reproducido objetos de poblaciones anteriores sin que tuvieran una relación biológica, lingüística o étnica con esas poblaciones. Respecto al pendiente tallado en la costilla de un animal marino dice que "la pieza es muy bella, tiene labrado el perfil de un personaje con tocado".
A este lote de piezas se suma el descubrimiento de más de 150 figurillas de barro de tipo hueco y Pánuco C, algunas fragmentadas y otras completas, fechadas entre el 100 a.C. y el 200 d.C., la fase más tardía del sitio Chak Pet.
Las figurillas estaban colocadas siguiendo un patrón circular, por lo que los arqueólogos piensan que formaban parte de una posible ofrenda ritual para un personaje que podría estar sepultado en ese lugar.
Con esta concentración de figurillas, el INAH habrá recuperado más de 200 piezas en poco menos de dos meses. Por último se han recuperado puntas de flecha, piedras de sílex sin trabajar y otras trabajadas a medias, además de lascas de obsidiana, diversos ornamentos hechos en caracol, concha y hueso, y objetos suntuarios de piedra verde, posiblemente transportados desde Guerrero, Chiapas o Guatemala.