El representante de Washington en la coalición anti-EIIL, liderada por Estados Unidos, en Siria e Irak, Brett McGurk, explicó que el grupo además de perder terreno, ha pasado de más de 30.000 integrantes en sus filas a unos 20.000.
Han transcurrido casi dos años desde la aparición de estos extremistas takfiries y desde enero de 2015 hasta este mes de julio de 2016, el grupo ha sufrido significativas pérdidas de manos de milicias kurdas y de los Ejércitos de ambos países en los que estableció su reinado del terror.
En Siria, el grupo mantiene su capital en la norteña ciudad de Al-Raqa, pero Estados Unidos y Rusia parecen dispuestos a colaborar para derrocar a los terroristas y expulsarlos de esos territorios.
Las fuerzas kurdas dejaron de lado su ofensiva sobre Al-Raqa para centrarse en Manbij, que es otro bastión del EIIL, pues es un punto clave al ser la vía de suministros del grupo entre Alepo, la segunda ciudad de Siria, y Turquía.
La ciudad está asediada y la lucha sigue barrio a barrio para echar a los terroristas. Ello dejaría al grupo totalmente aislado en Siria, donde ya ha perdido vastos territorios al norte del país a manos de los kurdos en Kobani, Tel Abyad, cerca de la frontera sirio-turca, y en Hasakeh.
Por el sur y el centro de Siria, el Ejército sirio avanza con la ayuda de la aviación rusa hacia el feudo terrorista y ha recuperado la ciudad Palmira.
En Irak, los terroristas han perdido las ciudades de Ramadi y Faluya en los últimos meses y el Ejército iraquí, con la ayuda de EE.UU., prepara el asalto a Mosul, en la región de Nínive. Y por otro lado, los kurdos también recuperaron la ciudad de Tikrit.
