La crisis en el noreste de Nigeria -que se extiende a la región del Lago Chad- es una de las más graves en el mundo, aseguró el coordinador humanitario en esa nación, Edward Kallon.
Primero, se trataba de brindar protección, pero ahora estamos también frente a una crisis de seguridad alimentaria, indicó el diplomático.
Según recientes estimaciones, los estados de Borno, Adamawa y Yobe resultan los más afectados, en tanto unos 3,7 millones de nigerianos están en grave riesgo ante la escasez de alimentos, precisó.
Muchas personas fueron desplazadas y viven en campamentos o comunidades de acogida, añadió, en tanto quienes regresan a sus hogares lo hacen prácticamente sin nada.
Además, otro número importante vive en áreas de muy difícil acceso para los trabajadores humanitarios.
Según Kallon, hay muchos desafíos por delante y continúan los conflictos que obligan a muchos a abandonar sus hogares. En tal escenario, una solución política duradera es fundamental.
El Plan de Respuesta Humanitaria de 2018 para Nigeria tiene previsto llegar a 6,1 millones de personas vulnerables, proporcionándoles alimentos, protección, agua, refugio y medicamentos, así como asistencia sanitaria, educación y apoyo agrícola.
Unas 60 instituciones humanitarias, incluidas agencias de Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales, están implicadas en ese plan de respuesta.
Por casi una década, el grupo terrorista Boko Haram ha ejecutado sus atroces actos en Nigeria, que durante los últimos años se extendieron a Chad, Camerún y Níger.
