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» » ¡DESAPARECIDOS!

(26/09/14 - Conurbano, Nota de Tapa)-.Llega el fin de semana, momento en que quienes trabajan a diario pueden descansar, salir a pasear o visitar amigos o familiares. Sin embargo ese momento que debiera ser de diversión y relax suele convertirse en el conurbano en una verdadera fuente de enojos y malhumor por el pésimo servicio que brindan las empresas de colectivos. 

La llegada del fin de semana implica en el imaginario popular un período de descanso y entretenimiento.

Período de paseos, diversión, cumplimiento de compromisos sociales y distención.
Curiosamente ese relax se de cabeza con las situaciones que genera el transporte automotor de pasajeros o, como se lo denomina habitualmente, colectivos.

Es que viajar en colectivo el fin de semana puede convertirse en una pesadilla.
Frecuencias de 45 minutos a hora y media, casos de lineas que “se toman el Domingo 
Si una persona desea viajar el fin de semana debe, antes de hacerlo, tomar una clase de yoga o meditación porque, evidentemente, el servicio de colectivos no se ha adaptado a los tiempos que corren y siguen con la lógica de servicio del menemismo.

Es que, en horarios pico las unidades son insuficientes, pero en horarios bajos, como no da ganancias suficientes, no se presta el servicio o se lo presta de manera desastrosa.

En Almirante Brown, por caso, la única empresa local que presta un servicio regular, no bueno, pero hasta casi aceptable, es la 514, mientras que en el lugar de los peores se ubica la linea 506, de la Empresa San Vicente, que tiene picos de surrealismo en cuanto a servicio de mierda.

Por ejemplo, esta empresa (¿podemos llamarla así?) En su ramal Claypole - Adrogué tiene afectados dos coches.

Si, leyó bien DOS UNIDADES.

Esto hace que el servicio se brinde con intervalos de veinte a treinta minutos según caso. Pero la frutilla del postre de este servicio en particular es que los fines de semana desafecta uno de esos colectivos brindando el servicio con un solo coche, que en caso de romperse, lo que suele ocurrir frecuentemente, o de ausencia del chofer no se repone con otra unidad o un reemplazo, dejando a los pasajeros durante toda la jornada sin servicio.

Pero volvamos a los sábados.

Un Sábado cualquiera, después de las veinte horas, es decir, ahicito nomás del día, los servicios disminuyen drásticamente con lo que una salida nocturna se vuelve un test de paciencia.

Esta situación genera una cruel paradoja dado que desde el Estadfo se invierte en distintos aspectos para mejorar la calidad de vida de las personas, por caso millones de pesos en subsidios al teatro y al cine para posibilitar un mercado cultural accesible, pero al faltar medios de transporte esa inversión en realidad solo la aprovechan quienes tienen un auto o el dinero para pagar un remis, con lo que en muchos casos se vuelve prohibitivo para quienes son, supuestamente, el grupo social al que se quiere beneficiar.


Es curioso que las empresas que dependen del Estado Nacional, y no solo desde el 2003, tengan servicio las 24 horas, mientras que no se emplea el mismo rigor con las empresas que dependen de provincia o de los gobiernos municipales.

A la vista del resultado de sus administraciones solo queda pensar que sería necesario que los oscuros e ignotos funcionarios del área de transporte utilicen el transporte público y quizás de esa manera este mejoraría, aunque sea un poco,. Porque el derecho a ir al cine, a ver una obra de teatro o un recital, o simplemente a visitar a un amigo no puede depender tener un auto o la plata para pagar un remis y es, en definitiva, una cuestión de justicia social.

Seguramente los funcionarios y políticos de derecha que lean esto intentarán correrme por izquierda hablando de “otras urgencias como comer”. Pero esto no ocultará que gran parte de la cultura que se subsidia para que llegue a la población de menos recursos en realidad termina siendo aprovechada por quienes pueden pagar una entrada sin el mismo.

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