(13/10/14 - Oinión, *Por Daniela Bambill)-.Un balde de bosta, así de gráfico, violento y desagradable el vocero estrella del poder concentrado vociferó contra una oposición desmembrada y sin rumbo fijo.
Un balde de bosta dijo y los destinatarios del mensaje guardaron la dignidad en el bolsillo trasero del pantalón y comenzaron la procesión penitente para recuperar el beneplácito aparentemente perdido.
La prédica de esta semana fue desopilante y morbosa, tres ejes fundamentales que son los que la agenda corporativa, inseguridad, corrupción e inflación, desde el alcalde-diputado tan enamorado de la tecnología que hasta su responsabilidad republicana la ejerce supuestamente a través de una pantalla, mostrando por enésima vez sus cámaras de seguridad en TV hasta el gran derogador de leyes llenando de bosta (utilizando su escatológica metáfora) a la República por la cual dicen inmolarse.
Asesores económicos que amenazan con una transición violenta mientras los propios diputados de su bloque hacen intentos desesperados por despegarse del agorero con restos de plumas en su solapa.
Asesores económicos que amenazan con una transición violenta mientras los propios diputados de su bloque hacen intentos desesperados por despegarse del agorero con restos de plumas en su solapa.
Un partido nacional centenario que van convirtiendo de a poco en vecinalismo o provincialismo bien lejos de aquello de “que se rompa y no se doble” bajo la mirada atónita de algún viejo boina blanca que todavía debe estar preguntándose qué parte de la película se perdió.
Una descripción que parece repetirse en los últimos años con diferente variables según la época del año, una fórmula del veneno a inocular puede disimularse en policías atrincherados, ladrones saqueadores, motochorros que desfilan por TV junto a algún señor mediocre que busca un poco de la fama perdida altri tempi, gurúes de color verde y señoras gritonas con muñequitas anunciando el apocalipsis.
Una sociedad que sigue levantándose por la mañana yendo a trabajar criando hijos planificando futuro y preguntándose “de qué están hablando”….
El fin superior del titiritero de los ocupantes del balde de bosta (utilizando su escatológica metáfora) es el desprestigio definitivo de la POLÍTICA, porque la disputa no es otra que POLÍTICA vs CORPORACIONES, vale resaltarlo nuevamente.
Política es la búsqueda del interés común, la preocupación por la cosa pública, la herramienta de transformación social en función de un acervo ideológico mediante prácticas concretas, el debate de ideas entre mayorías y minorías, la búsqueda de construcción de la mayoría mediante el voto popular, vale la pena recordarlo nuevamente.
Las corporaciones económicas están constituidas por grupúsculos que concentran el poder económico y necesitan de democracias débiles para sostener sus privilegios a costa de la naturalización de la desigualdad social, el hambre y la muerte de los Pueblos, naturalización imperiosa para evitar movimientos contra hegemónicos eficientes que pongan en peligro sus intereses, vale la pena recordarlo nuevamente.
Una descripción que no es exclusiva de la Argentina, una descripción que atañe a la realidad global con personajes y situaciones geográfica y culturalmente acordes, una lucha desigual y constante se libra en cada rincón del mundo contra el poder económico concentrado.
La maquinaria de modelación del pensamiento con engranajes aceitados denodada y meticulosamente no descansa.
En este rincón del Globo, “un balde de bosta”, ha sido esta semana el lubricante utilizado para reactivar los resortes perezosos.
Sería sano para nuestra joven Democracia, contar con dirigentes opositores que respondieran a intereses genuinamente políticos, que construyeran una propuesta alternativa al oficialismo que sedujese a la población a partir de un proyecto político claro, con una mirada de País, con debate de ideas que soslayen los argumentos dirigidos a las personas.
Una dirigencia política opositora y no un balde de bosta (utilizando su escatológica metáfora) adonde entran y salen los actores según el humor y las necesidades del titiritero.
Una dirigencia política opositora y no un balde de bosta (utilizando su escatológica metáfora) adonde entran y salen los actores según el humor y las necesidades del titiritero.
Sería sano para nuestra Patria, contar con hombres y mujeres que defiendan sus ideales aún desde la minoría levantando las banderas de la POLÍTICA como la más noble de las actividades humanas, desde el Partido Político en el que vean sintetizadas sus inquietudes.
Por ahora la ciudadanía argentina deberá elegir entre un Proyecto Político y un “balde de bosta” (utilizando su escatológica metáfora) para poner en juego quién dirigirá el rumbo de la Patria que indefectiblemente regirá la vida cotidiana de cada uno en el breve plazo.
Deberá elegir entre un Proyecto de Patria o excrementos amontonados para determinar cuál es el futuro que quieren para sus hijos y sus nietos…
Deberá elegir entre un Proyecto de Patria o excrementos amontonados para determinar cuál es el futuro que quieren para sus hijos y sus nietos…
