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» » ¿Whats Up Nisman?

(06/03/15 - Editorial, *Por Hugo Delgado, Nota de Tapa)-.Quizás debiéramos preguntar ¿qué pasa? Pero dada la simpatía del ex fiscal con el idioma del norte podemos darnos la licencia que además nos lleva a hacer un guiño sobre hablar o no hablar , pero sobre todo al nudo que impulsa esta nota que creo necesaria.

En algo más de treinta años de profesión uno ha visto muchas cosas, muchos hechos terribles y siempre recibió la misma respuesta de la justicia: “los tiempos de la justicia no son los de la sociedad”.

Y por cierto que es así, los tiempos de la justicia no son ni los de la sociedad ni los de la prensa, sino mucho más pausados dado que sus fallos afectan la vida de las personas.

Sin embargo desde la muerte (no vamos a hablar aquí ni de suicidio ni de asesinato, ni de suicidio inducido) los actores mismos que protagonizan muchas veces esa justicia han demostrado que esos tiempos, que suelen exigir que se respeten, no son los mismos algunos que para el resto.

Y allí comenzamos a vivir una suerte de aquelarre surrealista donde quienes cajonearon, embarraron y encubrieron la Causa AMIA (además de muchas otras cosas más) salían a la calle a “reclamar justicia” en un acto “que no era político”.
¡Los responsables de impartir justicia salían a la calle a reclamar justicia!

¿Una autocrítica?

¿Un exceso de cinismo?

No queda muy en claro, ni tampoco lo quedará en el corto tiempo, imagino, pero si queda claro que el sector más repudiable de la justicia, el que siempre estuvo sospechado (para no ser aún más taxativos) de recibir sobres de la SIDE, el que acumula juicios políticos por hechos reñidos con la moral y la justicia misma y que solo se mantiene en sus funciones prohijado por una sociedad espúrea con los poderes fácticos de la Nación se revistió de un aura impoluta y salió a caminar por la calle reclamando “justicia”.

¿Justicia para qué?

¿A quién?

El jefe de la fiscal que sigue la causa de la muerte de Nisman salió a la calle a reclamar justicia para Nisman.

¡Si, leyó bien!

Pero no quedan aquí las cosas ya que, con esta marcha, ese grupo de fiscales vinculados a servicios de inteligencia, barras brava y proxenetas entre otros muchos ejemplos de moral y buenas costumbres de nuestra sociedad dispuso de facto, y antes que la justicia se expidiera que a Nisman “lo habían matado”.

¿Qué saben ellos? cabría preguntarse para realizar una afirmaclón tan temeraria.
Y en todo caso si saben que es lo que pasó con Nisman deberían, es su deber, su obligación, presentarse a declarar lo que conocen.

Pero claro, esto no es todo.

Desde el primer momento las cosas estuvieron enturbiadas, y no precisamente por el gobierno.

Solo por dar algunos ejemplos.
Las cajas de seguridad de Nisman no fueron resguardadas en beneficio de la causa y la madre del fiscal tuvo acceso a ellas después de su muerte (¿y si había algo importante a la causa en ellas?).

El secreto que se debe guardar en una causa judicial nunca fue resguardado e incluso hasta en los programas de chimentos se farandulizó el tema.

Nadie preguntó (incluso hasta hace un par de días aún estaba en su estaconamiento) porque Nisman usaba un vehículo de una sociedad compuesta por el hijo de una persona que el mismo absolvió en una medida al menos cuestionable, justamente en la Causa AMIA.

Se habló y no poco de la vuelta de Nisman, el mismo dijo que lo hacía obligado por los hechos, sin embargo desde la línea aérea privada que usaba el fiscal afirmaron que había sacado pasaje para ese día en diciembre.

Pero como si todo esto no fuera poco la ex mujer de Nisman, jueza además, se presentó como querellante y ayer mismo, acompañada por un grupo de peritos afirmó, en conferencia de prensa, que “a Nisman lo mataron”.

¿Y la reserva de la justicia?

 ¿Y sus tiempos?

¿Y el lugar oportuno para presentar estas pruebas, si es que efectivamente las hay?

O acaso la jueza ha cambiado de parecer y considera como su ex marido que el lugar oportuno para hacer una denuncia ya no son más los tribunales, sino los estudios televisivos.

Como habrán podido apreciar me he evitado aquí hablar de las relaciones de Nisman con los servicios nacionales y extranjeros, con la embajada de USA y otras perlitas como el sueldo de 40.000 pesos que percibía Lagomarsino, el dueño de la pistola con que se mató (y que si fuera un ciudadano de segunda y no parte, aunque sea putativa de la familia judicial, estaría preso cuando menos por darle un arma a una persona que apareció muerta con ella al lado.

Ahora me pregunto
¿No cabe incorporar al dueño de la pistola con que se quitó la vida el fiscal como sospechoso?

¿A nadie se le ha ocurrido?

¿Por qué el Poder Judicial parece reclamarle al Poder Ejecutivo que imparta justicia?

Preguntas, solo preguntas que como  ciudadanos respetuosos de la ley nos hacemos y esperamos que la justicia, a su debido tiempo y con el grado de certeza pertinente responda.

¿El resto?

Chismología barata, politiquería de la peor, de la que hace proselitismo con los muertos.


En el medio una sociedad aturdida, agobiada, que solo desea poder creer en algo, poder vivir en paz y esperar que la democracia en que vivimos depure de la manera más eficaz posible todos los resabios de corrupción y fascismo que aún quedan en uno de los poderes de la República.

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