“Hoy, en esta convocatoria al pueblo queda comprobado que está indignado con las políticas del Gobierno Nacional, la venta de Isagen, el paupérrimo incremento del salario mínimo, entre otros. Hoy, estudiantes, trabajadores y campesinos rechazamos todas esas políticas”, ha manifestado Duvan Vélez de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Hoy, en esta convocatoria al pueblo queda comprobado que está indignado con las políticas del Gobierno Nacional, la venta de Isagen, el paupérrimo incremento del salario mínimo, entre otros. Hoy, estudiantes, trabajadores y campesinos rechazamos todas esas políticas”, ha criticado Duvan Vélez de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT)
De igual modo, ha amenazado con que el año 2016 “será de permanente movilización si el Gobierno Nacional no escucha y atiende las problemáticas del pueblo en general”.
Las movilizaciones, convocadas por centrales obreras, estudiantes y organizaciones sociales a través de redes sociales, se han realizado en Bogotá (capital), Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla, entre otros lugares del país.
El organizador del paro en el departamento noroccidental de Antioquia, Santiago Valencia, ha considerado la protesta de este domingo como un “pre paro” que podría dar inicio a más marchas, mientras ha explicado que la gente ha salido a las calles para decirle al Ejecutivo de Santos que está “inconforme con todas sus políticas neoliberales”.
Según Gregorio Mejía, el secretario general del mayor sindicato petrolero de Colombia, la Unión Sindical Obrera (USO), los sectores sociales rechazan la corrupción; el aumento del 7% del salario mínimo decretado por el dignatario Santos; la venta de Isagen, la segunda mayor productora de electricidad de Colombia; y los anuncios de privatización de entidades como la empresa de petróleos Ecopetrol.
El pasado 13 de junio, Santos anunció la venta del 57,61 por ciento de la participación mayoritaria del estado en la generadora de energía Isagen al fondo privado canadiense Brookfield, en unos 2000 millones de dólares.
Por otro lado, al finalizar el año anterior la Administración colombiana decretó el aumento del salario en 7 por ciento, aunque las centrales obreras exigían entre un 11 por ciento.
