Por 185 votos a favor y 156 en contra, esa cámara del parlamento adoptó un texto en el que se suprime el límite legal de las 35 horas semanales de trabajo, que pasa a 39 si hay acuerdo en cada empresa.
El documento volverá el 5 de julio a la Asamblea Nacional, que en este país tiene la última palabra en materia legislativa.
Los diputados deben realizar nuevas modificaciones en un contexto marcado por la incertidumbre, ya que no se descarta que el primer ministro Manuel Valls vuelva a valerse del criticado artículo 49.3 de la Constitución que le permite saltarse el examen en la Asamblea y aprobarlo por decreto.
Uno de los aspectos más polémicos del proyecto es la primacía de los acuerdos de empresa sobre los convenios colectivos, el cual se recoge en el artículo 2.
La votación de este martes coincidió con una nueva jornada de manifestaciones en todo el país en rechazo al mencionado plan.
Varias decenas de miles de personas volvieron a movilizarse en varias de las principales ciudades.
En el caso de París, donde la marcha se realizó bajo un fuerte dispositivo de seguridad, hubo varias decenas de detenidos.
La prefectura de policía atribuyó los arrestos sobre todo al hecho de que se trata de individuos que llevaban objetos que podían ser utilizados como proyectiles durante la marcha.
Para el desfile fueron desplegados más de 2.500 policías en un trayecto de 2,8 kilómetros.
En referencia a las medidas de seguridad, el líder de la Confederación General del Trabajo, Philippe Martínez, declaró a medios de prensa que estaban más controlados que para entrar a un partido de fútbol.
Recalcó que la opinión pública es ampliamente desfavorable al texto y anunció una nueva jornada de acciones para el 5 de julio.
“Hicimos propuestas concretas al gobierno y esperamos respuestas del primer ministro y de la titular de Trabajo”, añadió.
