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» » El Frente Roedor de Liberación ataca de nuevo

(14/05/18 - Gestión Macri, Historias Absurdas)-.Como si se tratara de un paso de comedia la información señala que sesenta kilos de cocaína desaparecieron a manos (o mandíbulas) de roedores del depósito de un juzgado federal jujeño.

Este hecho, no puede dejar de emparentarse con el conocido semanas atrás que daba cuenta del faltante de más de media tonelada de marihuana en una delegación judicial, en este caso de Pilar y también con roedores como protagonistas.

La sumatoria de golpes de este tipo a manos de ratones no deja ningún lugar a dudas de que estamos ante el accionar de un grupo insurgente perfectamente organizado que respondería al nombre de Frente Roedor de Liberación, el que está haciendo caja para comprar armamento.

Seguramente en los próximos días podremos conocer si estos roedores actúan junto a las organizaciones rebeldes mapuches o si se trata del brazo armado de otra organización que busca desestabilizar al gobierno neoliberal - conservador de la alianza Cambiemos.

Es de esperar que el gobierno tenga la misma rapidez de reflejos que ha tenido con los mapuche para reprimir el accionar de esta banda insurgente y probablemente en las próximas horas comiencen a aparecer ratones en las calles asesinados por la espalda en enfrentamientos armados con las fuerzas del orden.

El nuevo hecho del FRL
El golpe jujeño del Frente Roedor de Liberación
En las últimas horas se filtró una denuncia acerca de la supuesta desaparición de 60 kg de cocaína del depósito de un Juzgado Federal de la Provincia. Por el hecho se habría iniciado un sumario interno en el que está siendo investigado el responsable de dicho depósito.

La investigación primaria se habría originado por la desaparición física de un arma reglamentaria que pertenecería a Gendarmería Nacional. En ese momento, al inventariarse el stock del depósito judicial se dieron con la novedad del faltante de la droga.


Si bien el hecho se descubrió en los últimos en días de enero de este año y se abrió el proceso sumarial el 2 de febrero, recién ahora se conoció públicamente.

Antecedentes
Desaparecieron 540 kilos de marihuana de un depósito policial y culpan a las ratas El cargamento estaba hace dos años el depósito de la Delegación Judicial de Pilar· Los comisarios dijeron que fue comido por los roedores· El Ministerio de Seguridad inició un sumario administrativo en el que imputó a los tres comisarios

El detalle quedó en evidencia en abril de 2017, cuando el comisario Emilio Portero relevó a Javier Specia en la Delegación Judicial de Pilar. Como parte del procedimiento burocrático, el comisario saliente firmó el "recibo del cargo", un inventario de todo lo que le dejaba a su reemplazo, pero los números no cerraron.

De acuerdo a lo firmado por Specia, quien sólo estuvo un mes a cargo de la Delegación Judicial de Pilar tras relevar al comisario Gabriel Schefer, debía haber 6 mil kilos de marihuana en el depósito pero tras un allanamiento de Gendarmería sólo se hallaron 5.460: faltan 540 kilos.

Portero corroboró que la cantidad de marihuana en el depósito no coincidía con la dejada en la constancia de Specia y lo notificó a la División de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense además de radicar la denuncia en el Juzgado Federal de Primera Instancia de Campana.

El juez Adrián González Charvay citó a declarar tanto a Specia como a Schefer y a un tercer comisario, Julio César Torres, y los tres dieron la misma explicación: la marihuana fue consumida por los ratones que merodean el depósito.

Sin embargo, fuentes policiales afirmaron que "la droga estaba en estado de sequedad absoluta" en el depósito donde se encontraba desde hace dos años, lo que "obligó a constatar si verdaderamente una invasión de roedores pudo haberse comido tamaña cantidad", informó el sitio ámbito.com.

El resultado de esa investigación fue que la versión era muy poco probable. "De haber ocurrido, los ratones habrían muerto y no se detectó presencia de cadáveres de los animales en el lugar", afirmaron.


Desde el Ministerio de Seguridad realizó un sumario administrativo en el que se imputó a los tres comisarios por la irregularidad en la guarda de la evidencia decomisada pero sin separar a los hombres de sus cargos hasta que "una resolución judicial que definiera su situación procesal".

Por su parte, el Ministerio de Seguridad de la Provincia, a través de la Auditoría General de Asuntos Internos, tomó intervención desde un primer momento pero no se pudo avanzar debido a un pedido de las autoridades del juzgado interviniente, que preferían continuar con la investigación.

La historia comenzó en abril de 2017, cuando el comisario Emilio Portero relevó a su par Javier Specia, responsable de la Delegación Departamental de Pilar. Lo curioso es que un mes antes Specia había relevado a su vez al comisario Gabriel Schefer, quien se fue a cumplir tareas a la localidad de Moreno.

El procedimiento de rigor indica que con cada traspaso de mando es necesario firmar el "recibo del cargo", una suerte de inventario de todo lo que el oficial que es trasladado hacia otra dependencia, deja en manos de su sucesor. En ese momento, Portero detectó en el depósito judicial de la Departamental Pilar una situación que no le cerraba con las cantidades de droga incautadas, consignó el diario Ámbito Financiero.

Por eso realizó la correspondiente notificación a la División de Asuntos Internos de la Policía y la denuncia ante el Juzgado Federal de Campana. El magistrado a cargo, Adrián González Charvay, ordenó que Gendarmería Nacional allanara el galpón, tras lo cual confirmó la sospecha del denunciante: según el acta de traspaso firmada por Specia, debieron haber habido alrededor de 6 mil kilos de marihuana y los efectivos de la fuerza federal sólo hallaron 5.460. O sea, 540 kilos menos.

Fue entonces cuando el magistrado resolvió citar a los involucrados, entre quienes se encontraba además el comisario Julio César Torres y los tres coincidieron en argumentar una misma coartada muy sugestiva: según las testimoniales de los tres oficiales, la marihuana "había sido comida por las ratas". González Charvay dispuso una nueva inspección al depósito donde se labraron actas y se tomaron muestras para verificar el grado de veracidad de las declaraciones.

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