El capitán Ali Hassan Marwan, de la gendarmería en la provincia de Nínive, indicó que de los cadáveres, 54 pertenecen a mujeres secuestradas por el grupo extremista.
A medida que las tropas iraquíes retomaron áreas antes controladas por la agrupación radical, los agentes detectan esas fosas con restos de personas ejecutadas tras intentos de huir o de colaborar con las fuerzas de seguridad.
La guerra en Iraq obligó a abandonar sus hogares a millones de civiles, y causó decenas de miles de muertos, según cifras del gobierno y de organismos de Naciones Unidas. Solo en 2017, la violencia dejó un saldo de unos tres mil muertos y más de cuatro mil heridos.
Las fuerzas iraquíes continúan peinando áreas recapturadas, en las cuales hay aún células operativas terroristas que ejecutan con frecuencia ataques contra civiles.
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