El ministro brasileño de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, informó el martes que el Gobierno ha expulsado a 320 funcionarios de la oficina presidencial cuya ideología se corresponde con los anteriores Gobiernos izquierdistas de los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff y con las características del Partido de los Trabajadores (PT).
“La Casa Civil es el centro del Gobierno y alguien tiene que comenzar”, dijo Lorenzoni respecto al dar el punta pie inicial a la moción con el despido de más de 320 trabajadores de ese organismo.
El ministro agregó que este “es un acto importante para que podamos sacar de la administración pública federal a todos aquellos que tienen una marca ideológica clara” en una clarísima muestra de la intolerancia típica de los regímenes de derecha que se autotitulan democráticos, pero que solo cumplen las formalidades del sistema.
La medida fue pactada y anunciada el pasado 2 de enero tras la reunión de Bolsonaro con sus 22 ministros, lo que generó fuertes protestas entre la población brasileña.
La Casa Civil es el centro del Gobierno y alguien tiene que comenzar”, dijo el ministro brasileño de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, respecto a dar el punta pie inicial a la moción con el despido de más de 320 trabajadores de ese organismo.
El Gobierno se defendió de esta limpieza ideológica argumentando que estos casos particulares recibirán los “derechos e indemnizaciones, como determina la ley”.
Un destacado politólogo argentino Dario Mizrah, indicó recientemente que también Bolsonaro usa la política de represión contra los opositores, y señaló como ejemplo el hecho de que el mandatario de Brasil alabó al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, jefe de inteligencia de la última dictadura brasileña, acusado de ordenar el secuestro y tortura de cientos de presos políticos, entre ellos, Dilma Rousseff.
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