En el post en la red social twitter, Bolsonaro escribió que reconoce el valor de la cultura y la necesidad de alentarla, pero que “eso no debe estar a cargo de una petrolera estatal”.
“La suma de los patrocinios de los últimos años pasa de R $ 3 mil millones, determiné la reevaluación de los contratos, el Estado tiene mayores prioridades”, dijo.
Sin presentar ninguna explicación sobre cuál es el perjuicio para las cuentas públicas por la política de fomento a la cultura promovidas por Petrobras, el presidente afirma además que los “incentivos deben ser dirigidos de forma justa, transparente y responsable, pero jamás en detrimento de las principales demandas de nuestra sociedad”.
Petrobras, por su parte, no especificó cómo serán los cambios e informó sólo, por medio de un comunicado de prensa, que “está revisando su política de patrocinios y su planificación de publicidad, en alineación al nuevo posicionamiento de marca de la empresa”.
La estatal afirmó, además, que el foco de los nuevos contratos será en “ciencia, tecnología y educación, principalmente infantil” y, en cuanto a los contratos actualmente en vigor, aseguró que “están con sus desembolsos al día”.
Al parecer la medida es una represalia a los sectores artísticos, y a parte de la prensa, por sus críticas al gobierno de Bolsonaro.
En 2018, Petrobras invirtió en cultura y prensa casi R $ 160 millones. Hoy, la estatal tiene contratos activos que suman R $ 3,5 mil millones. El corte puede afectar a contratos como los de la compañía de teatro Galpão, de Minas Gerais, de la Compañía de Danza Deborah Colker, de Río de Janeiro, y del Festival de Cine de Río. La Mostra Internacional de Cine de São Paulo también recibe, actualmente, patrocinio de la estatal.
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