(18/07/14 - Israel, Nota de Tapa)-.Toda esperanza de cordura del gobierno de Israel se va por el caño cuando uno ve las fotos de decenas de israelíes disfrutando desde cómodas sillas el show del horror en Palestina. Imágenes que recuerdan a los romanos en el circo disfrutando como la fieras se comían a los primeros cristianos.
Siempre es necesario sopesar todas las cosas cuando se habla de un tema tan sensible como la vida y la muerte, mucho más si se trata de una agresión armada de una nación a civiles de un territorio ocupado y miembros de la resistencia de ese territorio.
Mucho más delicado aún cuando esos hechos involucran a Israel, una nación cuyos habitantes son, en importante cantidad, víctimas o familiares del genocidio nazi. Sin embargo es necesario preguntarse ¿hasta donde?
¿Hasta donde los pueblos del mundo pueden y deben asistir indiferentes al genocidio palestino?
¿Es que acaso los palestinos deben pagar con su sangre y sus mutilaciones la sangre derramada por los nazis?
¿Es que acaso el gobierno de Israel tiene un free pass para asesinar a tantas personas inocentes como los nazis asesinaron del pueblo judío?
En la sana intención de entender que es lo que ocurre, que pasa por la mente de una persona común, aunque politizada, e incluso en algún grado progresista, durante la tarde de ayer Jueves me comuniqué vía chat con una amiga que vive en Tel Aviv.
La conversación no fue una entrevista ni mucho menos, sino una charla de amigos que viven muy lejos.
Viky, imagino que al igual que miles y miles de israelíes se siente “¡muy mal!” con todo lo que está pasando y siente “un miedo que cala los huesos”.
Surge claro de la conversación que la maquinaria informativa oficial manipula con el terror a sus ciudadanos, al menos eso se desprende de esta aseveración que creo honesta ciento por ciento: “digamos Hugo que gracias a la tecnología no hay bajas, pero hay todos los dias misiles y misiles aterrorizando todo un país, pero por la tecnologia que hay que detecta los tumba en el aire de otra manera habría miles de muertos”.
Es que hablando con absoluta honestidad y sin agresiones ni posturas a la defensiva de ninguna de las partes queda claro que la población de Israel considera que Israel y Palestina quieren la paz, pero que Hammas es una fuerza terrorista que tiene al pueblo palestino de rehén.
En concreto pareciera que el pueblo israelí desconociera que mueren cientos de niños, como los cuatro chicos asesinados por la lancha patrullera israelí en una playa, es decir claramente reconocibles como tales, mientras jugaban al fútbol; o los dos pequeños asesinados por un avión de combate en plena calle en Jan Yunis mientras caminaban por ella con un adulto.
Ahora bien... Desde este sentirse muy mal del comienzo de la mayoría de los israelíes al horror de sentarse en una butaca para ver como caen las bombas sobre las casas de los vecinos existe un claro trecho.
Es que hay que estar muy enfermo de odio para asumir tal actitud; muy aterrorizado, para sentarse a ver como un ejercito asesina a civiles.
Porque no debemos olvidar jamás que esto no es una guerra, ni lo será nunca, porque una guerra requiere de dos ejércitos y aquí no los hay; hay un ejercito muy poderoso y una población civil que cuenta con una organización armada de resistencia a la ocupación.
Esta nueva actividad recreativa de decenas de israelíes fue denunciada por el matutino Haaretz, un diario israelí que viene denunciando desde hace años los abusos del régimen y las atrocidades a que es sometido el pueblo palestino.
*Por Hugo Delgado
