La clara confirmación de un flojo apoyo a la medida de fuerza la dan algunas señales que se hacen necesarias poner en blanco sobre negro durante esta jornada y que no pueden dejar de resultar cuando menos curiosas.
En primer lugar la falta de convocatoria de los sectores opositores, que resulta llamativa y que se puede contrastar en la inexistencia de una convocatoria a un acto que corone la medida de fuerza presupone que los organizadores, una vez más, han tomado conciencia de la flaca adhesión a sus reclamos.
La segunda es la seminormalidad que se vive en las calles, donde los organizadores de la protesta han tenido que organizar piquetes y algunos sabotajes, afortunadamente aislados, para que se notara que hay una medida de fuerza.
Es que la decisión de algunos gremios de efectuar el mismo reclamo pero en forma verbal y convocando al gobierno a una negociación claramente desnuda la necesidad política del sector convocante de generar un hecho político que se sume a las acciones tendientes a generar ua imagen mediática de caos en el país, en sintonía con la quiebra de Donelley y otras acciones por el estilo.
Justamente en este sentido apuntaron los motivos esgrimidos por algunos gremios, el caso de la Unión Tranviarios Automotor, UTA, que insistió con el reclamo pero que aclaró que ante la situación externa no era momento de realizar un paro. Algo similar ocurrió con La Federación de Vendedores de Diarios y Revistas de la Argentina (FVDRRA), que aseguró en un comunicado que los canillitas "no hacen paros contra la Patria" y ratificó que este jueves sus afiliados no adhieren al paro convocado por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.
Esta ha sido la tónica mayoritaria en los gremios, y es importante aquí detenerse a aclarar que vivimos el curioso hecho de un "Paro General" en que solo paran algunos pocos, y es por este motivo que desde Reporte lo caratulamos solo de "Paro de Actividades".
Otro hecho curioso es la modalidad de los piquetes y cortes.
Se trata indudablemente de una forma extrema de paro de actividades, ya que no solo apunta al derecho constitucional de protestar que tenemos todos los argentinos, así nuestra protesta no sea justa ni lógica, sino que avanza sobre el cercenamiento des resto al coartar sus posibilidades de no hacerlo.
Los piquetes constituyen una medida extrema de protesta y son (o al menos deberían ser) la última opción ante la invisibilización de un relamo de carácter urgente. ¿Quién se atrevería a cuestionar el relamo de las organizaciones sociales ante la desesperación del 2001? Sin embargo no parece ser ese el contexto de esta medida de fuerza.Una acción sindical que ha tenido eco en los medios que monopolizan la información, que prácticamente ha sido apoyada por esos medios de forma directa o indirecta, que no ha sido censurada en sus posibilidades de expresarse y publicitarse no debería necesitar de un piquete para que la sociedad se entere de su existencia.
En todo caso lo que están manifestando estos piquetes es que la medida de fuerza como tal no ha existido en los hechos y ante la realidad de los comercios abiertos, los colectivos funcionando, la gente trabajando, se hizo necesario instalar un ícono de la protesta y ese ícono son algunos piquete que hagan a la gente que trata de ir a trabajar putear a los sindicalistas que les complican la vida agregando piquetes a la medida de fuerza.
Es que resulta extraña esta modalidad, más vinculada a la debilidad en la convocatoria a la protesta que en cualquier otra cuestión, ya que una medida de este tipo con protesta y toma de calles solo puede ubicarse en la historia en los turbulentos sesentas del siglo pasado cuando trabajadores y estudiantes ganaban las calles como forma de protesta contra las dictaduras cívico militares patrocinadas por las oligarquías locales y los Estados Unidos de Norteamérica.
Que sectores don afectados por el paro
El servicio de transporte funciona de forma dispar en el área metropolitana con colectivos y taxis en las calles. Mientras tanto, la mayoría de las líneas de subterráneo operan con normalidad y es total la adhesión en los trenes.
Los colectivos, como anticipó el gremio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que no adhirió a la medida de fuerza, funcionan con normalidad tanto en el Conurbno como en la Ciudad de Buenos Aires, aunque el servicio puede verse afectado por los cortes planificados en calles y accesos.
La excepción son algunas líneas como la 165, 243 y 112, dependientes de la empresa Expreso Lomas, que arrancaron a la madrugada pero decidieron en asamblea suspender el funcionamiento por “agresión a las unidades cerca de la estación Lanús, donde está el sindicato de camioneros”, según contó el delegado Daniel Heiíng esta mañana a Radio del Plata.
El representante gremial también mencionó que hubo violencia contra colectivos de las líneas 501, 394, 306 y 51 en el partido bonaerense de Esteban Echeverría, aunque no pudo precisar si en estos casos los choferes también decidieron paralizar el servicio.
En el caso del subterráneo, la empresa Metrovías informó esta mañana que todas las líneas circulan "con normalidad", con excepción de la B que une las estaciones Juan Manuel de Rosas con Leandro N. Alem.
En algunas líneas como la A y la C el servicio comenzó más tarde por "falta de personal" pero en el transcurso de la mañana se fue normalizando, de acuerdo a lo que informó la empresa Metrovías.
Con relación al Premetro indica que "se espera que empiece a correr en breve".
Distinta es la situación de los trenes que unen al conurbano con la Ciudad de Buenos Aires que no funcionan esta mañana.
Trenes Argentinos, la sociedad del Estado que opera la línea Sarmiento, informó hoy que “a causa de la adhesión tanto del gremio La Fraternidad como de los afiliados de la lista de Rubén 'Pollo' Sobrero a la medida de fuerza convocada para hoy, no se prestará servicio”.
Tampoco corren los trenes de las líneas Mitre, San Martín, Belgrano, Urquiza y Roca.
