Sergio Palazzo hizo una demostración de poder a poco más de un mes de la reunificación de la CGT. Consiguió que al cierre del Congreso de la Bancaria asistan todas las cúpulas de las centrales obreras y lo aplaudan, mientras daba un duro discurso en el que reclamó la participación política del movimiento obrero ante la avanzada del sector empresario.
“La agenda hoy la marca el sector empresario”, señaló Palazzo. “Es histórico que el sector empresario ha estado lejos de la agenda de los sectores sociales. Por eso es absolutamente necesaria la unidad del movimiento obrero. No sólo para afrentar los ajustes, sino para discutir la política del país y que sea el movimiento obrero el protagonista de las decisiones que toma la política y la economía”, disparó.
En ese momento el auditorio, ante la mirada seria de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, gritó al unísono “ole ole, ole ole olá, Sergio Palazzo secretario General”, en clara alusión al rol que desde la bancaria, y apoyados en un cada vez más nutrido grupo de gremio, quieren para el dirigente en la futura CGT.
Presentes estaban, además de Moyano y Barrionuevo, Héctor Daer, Rodolfo Daer, Pablo Micheli y Hugo Yasky y dirigentes de SADOP, Molineros, Gráficos, Televisión, Secasfpi, Pilotos, Judiciales, Farmacia, Personal Superior de Energía y varios más.
Los focos de las críticas de Palazzo fueron Alfonso Prat Gay, Juan José Aranguren y Federico Sturzenegger. Al presidente del Banco Central lo castigó por haber dictaminado normas para facilitar el blanqueo desde su llegada a la entidad. A Prat gay lo castigó por su frase en la que decía que había que optar por salarios o puestos de trabajo. Pero la mayor dureza llegó con Aranguren: “Aranguren andá a hacer prueba y error con la puta madre que te re mil parió”.
“El gobierno es un aguantadero de CEOs de las multinacionales”, concluyó al momento en que la carrera hacia la unidad de la CGT del 22 de agosto sumaba, definitivamente, otro nombre. Palazzo empieza a sumar adhesiones ocupando un lugar de fuerte crítica al gobierno nacional y ya reclama ser una de las patas de una potencial conducción colegiada.
