Transcripción del discurso:
Señor presidente este proyecto (o DNU frustrado) tiene olor a pescado podrido, Ud. sabe igual que yo que este es un nuevo negocio, otro beneficio mas para los bancos – fiel al estilo “Cambiemos”- El gobierno esté obrando por el interés de las compañías de seguros y de los bancos, que son los dueños de tres de las cinco aseguradoras de riesgo de trabajo más importantes. Ese es el pescado podrido.
En un año, con la devaluación y la escalada inflacionaria, Macri logró sustraerles a los argentinos entre el 8% y el 20% de sus salarios para transferirlos a los sectores más concentrados de la economía. Desde su asunción, mas de 100 mil personas se quedaron sin empleo (hablamos del sector formal, solo trabajadores registrados), y el 31,52% de ese total son Patagónicos.
En mi provincia, en Río Negro, por ejemplo, este oscuro panorama se encrudece aún más contando el tarifazo de gas, el abandono al sector petrolero, la quita de reembolsos por puertos patagónicos, la postergación de obras, la falta de ayuda al sector frutícola, la ineptitud de un gobierno provincial cómplice… Lamentablemente la lista es larga, y ahora también pretenden ir por los derechos laborales de los trabajadores.
No se puede impedir el acceso directo a la Justicia por parte de los trabajadores, porque eso sería como mínimo discriminarlos. Esta definición de la instancia previa, la obligatoriedad de pasar por las comisiones médicas, vulnera la Constitución Nacional y el derecho a la defensa. La solución no se encuentra cerrando los tribunales e imposibilitando el acceso a un juez.
Si realmente se buscara reducir la litigiosidad, un gobierno inteligente hubiese profundizado estudios de medicina del trabajo, hubiese intensificado los controles de la normativa vigente en seguridad e higiene por parte de las ART y hubiese fortalecido políticas efectivas de prevención de accidentes de trabajo.
Señor presidente, tenemos que legislar para el bien común… eso no se logra alejando a los más débiles de la justicia.
Quieren obligar a trabajadores del interior del país que se accidentaron a recorrer cientos de kilómetros para acceder a las Comisiones Médicas, que en muchos casos sólo están presentes en las capitales provinciales. Es un mecanismo perverso y tortuoso, que no resiste el menor análisis constitucional, diseñado para disuadir los reclamos laborales.
No puedo dejar de pensar en los 200 mineros despedidos de Sierra Grande, los constantes despidos en el sector petrolero en la ciudad de Catriel, en los despidos en el Hospital de Bariloche, en los comercios que bajan sus persianas, en la cantidad de estudiantes rionegrinos que debieron dar de baja sus inscripciones en las universidades públicas por la incertidumbre que sienten, en las importaciones de manzana que día a día crecen, mientras sigue en caída nuestra economía regional…
Los trabajadores rionegrinos no pueden seguir pagando los platos rotos de una crisis económica que este gobierno es incapaz de resolver.
Hace pocos días el Presidente Macri interrumpió súbitamente sus vacaciones y visitó la ciudad de Viedma donde luego de sortear una nutrida comitiva de protesta, presentó a los gobernadores de las provincias patagónicas el “Plan Patagonia”, que finalmente se supo que se trataba de una idea vaga – valga la redundancia – sin ningún tipo de precisiones ni plazos para llevar adelante un plan de no se sabe bien qué, pero que atañe a la Patagonia, esa fue la única certeza.
Ver al gobernador de mi provincia y otros aplaudidores crónicos festejando semejante tomada de pelo fue triste, pero nos alerta sobre el grado de inactividad con que este gobierno piensa seguir transitando la crisis económica que generó.
