La actual legisladora de Cambiemos y ex funcionaria de la dictadura se enfureció tanto luego de la sesión en que se aprobó la interrupción voluntaria del embarazo que no se dio cuenta que su micrófono estaba abierto cuando manifestó su posición antidemocrática.
La diputada nacional Elisa Carrió (Coalición Cívica) al finalizar la votación, donde la interrupción voluntaria del embarazo fue aprobada, se levantó de su banca y enojada, miró hacia sus compañeros y aclaró que “es el último esfuerzo que hago para preservar la unidad”.
Luego, se escucho por el micrófono de Daniel Lipovetsky una advertencia mayor: “La próxima rompo todo”. Claramente la legisladora aún no comprende que la democracia significa aceptar las decisiones de la mayoría.
