La polícía de Chicago, que ha patrocinado una serie con su nombre para tratar de mejorar su imagen y naturalizar los hechos de violencia que comete, centra su accionar violento en forma abrumadora sobre los afroamericanos y otras minorías.
El Departamento de la Policía de Chicago ha archivado miles de casos de la violencia realizada entre 2005 y 2015 por sus agentes y ha revelado que un 90 % de casos correspondía a la gente de color. De este porcentaje, un 72 % corresponde a los negros, un 15 % a los asiáticos, un 10 % a los hispanos, un 2 % a las demás gente de color, según detalla el informe recogido el jueves por el portal estadounidense The Intercept.
Al indicar que el maltrato policial afecta cada día a un promedio de 10 personas, la publicación añade que los afroamericanos en esta urbe estadounidense —que son iguales en cifras con los blancos— corren un riesgo 14 veces mayor de ser objeto de violencia policial.
De hecho, la probabilidad de estar expuesto a la violencia policial, que incluye asesinatos, aumenta mientras se trata de hombres negros de entre 20 y 34 años residentes en Chicago en comparación con los blancos residentes en la misma zona.
Estos datos, según la fuente, alertan de una creciente brecha racial que va en aumento a diario, además de generar “una profunda” desconfianza entre las comunidades de color respecto a la Policía.
La página web Mapping Police Violence (mapeo de la violencia policial) anunció el pasado diciembre que la Policía estadounidense mató a 1129 personas en 2017, de esta cifra una cuarta parte eran afrodescendientes, aun cuando este colectivo representa el 13 por ciento de la población total del país norteamericano.
La brutalidad de la Policía norteamericana, sobre todo contra la comunidad afroamericana y otras minorías, ha sido motivo de masivas protestas y críticas de diversas organizaciones de derechos civiles.
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