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» » “Quiero que aparezcan mis amigos, ellos saben dónde están”

(23/09/18 - Lesa Humanidad)-Este jueves, se llevó a cabo la novena audiencia del sexto juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia de Jujuy. Declararon cuatro víctimas: Vicente Lino Cáceres, ex preso político de Ledesma y María del Carmen, Marta Gladys y Margarita Reales, las hermanas de Domingo Reales, quien actualmente continúa desaparecido.

Vicente Lino Cáceres testimonió que se crio y vivió en Ledesma y que en esa época decidió viajar a Salta porque ya se sabía que estaban realizando procedimientos ilegales y secuestrando gente. Su papá fue a la vecina provincia a buscarlo y le contó que vehículos de la policía, de gendarmería y del ingenio rodearon su casa con gente armada y que lo estaban buscando. Vicente se entregó y presentó en la Central de Policía, donde lo recibió Jaig y lo pusieron contra la pared en una celda.

Fue secuestrado en julio de 1976 y lo trasladaron al CCD de Guerrero, donde sufrió torturas, tormentos, le quitaron su nombre y le impusieron un número, fue vendado, maniatado y firmó una declaración que no leyó en uno de los interrogatorios.

En ese lugar reconoció la voz de Rubén Canseco, Leandro Córdoba -a quienes tenían sin venda y los paseaban aplicándoles torturas-, Jhonny Vargas Orozco, todos amigos o conocidos del testigo. También mencionó que compartió el cautiverio con Raúl Bartoletti, Jorge Weisz, Ernesto Samán, Juan Jarma, Alfaro y Jhonny Orozco, a quien cree mataron en ese centro clandestino y que escuchó tiros, golpes y torturas cuando estaban siendo propinadas a otros compañeros.

Además, contó que en ese centro de exterminio operó el ejército y que el cabo Martínez, a quien conoció como su superior durante el servicio militar obligatorio, lo golpeó y entregó para que lo torturen. Posteriormente, lo llevaron al penal de Gorriti donde continuó recibiendo golpizas. Un 24 de diciembre lo trasladaron en un avión Hércules a la unidad 9 de La Plata donde vivenció tormentos hasta recuperar su libertad.

María del Milagro Reales contó que se enteraron porque Juan Carlos Espinosa, quien fue posteriormente desaparecido, había avisado a la familia que habían secuestrado a Domingo Reales. Dijo que su hermano fue detenido por personal del Ejército junto a sus compañeros Córdoba, Carrazana y Burgos el 10 de julio de 1976 en Tucumán. Tardíamente la familia supo que Domingo había sido trasladado a Jujuy y alojado en Guerrero. Mientras, realizaban gestiones para dar con su paradero en Tucumán, Salta y Buenos Aires.

Marta Gladys Reales contó que se enteró de la detención de su hermano cuando su madre viajó a Tucumán a buscarlo en julio de 1976. Realizaron gestiones para encontrarlo sin éxito en Buenos Aires (en el edificio Libertad), en el Ministerio del Interior y en la Cruz Roja. En aquel momento no supieron cómo ni en qué trasladaron a su hermano a Jujuy para ser alojado en Guerrero. En Buenos Aires, el capellán del Ejército de apellido Grasselli, repasaba listas con los nombres de quienes se encontraban allí. Al preguntar por su hermano, el religioso le dijo: “hay que pedirle a Dios que lo perdone”.

Margarita Reales contó que su hermano, Domingo Reales, luego de trabajar en el Ingenio Ledesma, estaba estudiando Ingeniería Civil en Tucumán. El 10 de julio, ambos en aquella provincia, debían esperar a su madre en la terminal, pero nunca llegó. Fueron al lugar donde vivía junto a sus compañeros y encontraron “todo revuelto y destrozado”. Allí empezaron las gestiones y presentaciones de habeas corpus en distintos lugares para encontrarlo. La búsqueda la hizo con su marido, que en 1976 estudiaba abogacía en la Universidad de Tucumán, por lo que conocía ese tipo de trámites y a los abogados de esa provincia.

Un policía federal se presentó ante ella y su esposo para decirles que se queden tranquilos, que su hermano ya iba a aparecer porque solo buscaban a uno de sus compañeros, Rodolfo Leandro Córdoba. Además, el uniformado les pidió que nunca lo identifiquen ni hablen sobre él. No supieron del traslado de su hermano a Jujuy y el alojamiento en Guerrero hasta leer el libro “Nunca Más”.

Antes de finalizar la audiencia, los abogados defensores hicieron una serie de pedidos en relación a las condiciones de detención de los imputados, e insistieron nuevamente en solicitar prisión domiciliaria que en realidad son la excepción, no lo común en este tipo de casos.

La próxima audiencia será el jueves 4 de octubre a las 16 hs en el Tribunal Oral Federal sito en Senador Pérez 182. Declararán cuatro víctimas del terrorismo de Estado: Raúl Bartoletti, Casiano Bache, Mario Nuñez y Silvia Álvarez.

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