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» » El veto al burkini muestra que la violencia islamofóbica se extiende en Europa

(16/08/16 - Europa)-.La alcaldía de Sisco, localidad a diez kilómetros de la capital corsa Bastia, anunció este lunes que prohíbe el uso del burkini en sus playas, una decisión motivada por violentos incidentes que se registraron durante el fin de semana y que desató una polémica entre los defensores de la libertad de expresión y los partidarios del respeto del laicismo en el espacio público. 

Según informó el diario El País de España los enfrentamientos que dejaron cinco heridos se dieron entre unas familias de origen magrebí y vecinos de la ciudad. 

Mientras la fiscalía de Bastia investiga las causas de la pelea, el domingo 500 personas se manifestaron en un clima tenso en la capital de la isla para denunciar la violencia.

La decisión del veto, dijo el alcalde de la ciudad, Ange-Pierre Vivoni, se ampara en los criterios recientemente aplicados en Cannes y en Villeneuve-Loubet, en el sur de Francia, sobre los principios de laicidad de la República. 

El veto llegó tras episodios de violencia islamófobas registrados durante este mes en la isla que eclosionaron el domingo cuando unas 500 personas se manifestaron el domingo al grito de “a las armas, vamos a demostrarles que estamos en nuestra casa”, mientras llegaban al barrio de Lupino, donde viven las familias de origen magrebí.

Ante la ola de consignas islamófobas, el empresario franco-argelino Rachid Nekkaz se ofreció este lunes a pagar las multas que la Justicia francesa dicte contra mujeres que usan burkini, la agencia de noticias EFE. 

Nekkaz, nacido en Francia, creó en 2010 un fondo dotado de un millón de euros para pagar esas multas. No es la primera vez que hace algo así. Hace cuatro años encabezó una semana de desobediencia civil contra la prohibición legal del niqab, el velo integral islámico, en la que animó a las musulmanas que lo desearan a salir tapadas a la calle. 

En Marruecos, en tanto, hay varias bañistas afectadas por la prohibición -que no es oficial- en piletas de hoteles y clubes privados de ese país, donde esta prenda es cada vez más visible en las playas y su progresión es paralela al retroceso de la bikini, según publicó este lunes el diario local Le Matin.

Si bien el veto no es explícito, se basa en una norma general que estipula que "es obligatorio acceder a la piscina con ropa de baño", pero rechazan el burkini aunque esta sea una prenda específicamente concebida para su uso acuático.

Las autoridades marroquíes, nacionales o municipales, no legislan al respecto, pero cada verano se repiten polémicas porque distintos hoteles o parques acuáticos aplican unilateralmente la prohibición del burkini, informó EFE. 

LA ISLAMOFOBIA Y LOS PREJUICIOS GANAN TERRENO

Hace dos días, la localidad francesa de Villeneuve-Loubet, en la Costa Azul, se sumó a la de Cannes en la decisión de vetar el burkini en sus playas alegando que ese traje de baño -que cubre completamente el cuerpo de la mujer- no se ajusta a las normas de seguridad e higiene y no respeta el principio de laicismo galo.

El alcalde de Cannes, el conservador de Los Republicanos, David Lisnar, dijo hace pocos días al diario local Nice Matin que “no prohibimos el velo, ni la kipá (el casquete judío), ni las cruces. Simplemente prohíbo un uniforme que es el símbolo del extremismo islamista”. 

Por su parte, el director general de servicios de ese ayuntamiento, Thierry Migoule, calificó a la prenda de “señal de adhesión al yihadismo”, en declaraciones a la web de Francetv info.

Hace pocos días se difundió una encuesta efectuada por el instituto demoscópico Ifop entre el 27 y 29 de julio pasado y publicada por el diario Le Monde que precisó que el 45% de los católicos franceses practicantes creen que el islam representa un peligro.

Otro 55%, ocho puntos más que en octubre de 2012, cree que la presencia de una comunidad musulmana en Francia es más bien una amenaza para la identidad del país, mientras que el 71% considera que la visibilidad de esa religión es demasiado grande.

Asimismo, el 55% de los encuestados está en contra de la edificación de mezquitas, lo que supone un aumento de 15 puntos porcentuales.

Sin embargo, entre el conjunto de franceses, los porcentajes en contra del islam son más moderados: un 33% la califica de amenaza en general y un 47% de amenaza contra la identidad nacional, mientras un 63% cree que su influencia es demasiado importante.

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