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» » “Cristina tiene un liderazgo que es intransferible”

(26/09/16 - Avellaneda)-.Pasados los primeros ocho meses desde que Cambiemos gobierna el tridente: ciudad, provincia y nación, una pregunta que surge es sobre los efectos concretos que las políticas del gobierno afectan en los barrios bonaerenses. 

Ferraresi, el jefe municipal de la autodenominada “cuna de la resistencia”, nos la cuenta en primera persona. La relación entre la política de Cambiemos y el territorio según uno de sus más importantes detractores. La etapa del proceso y las tareas por realizar según un político del territorio.

Eran pasadas las 17 horas cuando entramos al Instituto Patria. Desde el hall se notaba el movimiento de personas que estaban organizando la logística para una charla que se iba a llevar a cabo dentro de hora y media. El tiempo nos corría. Nos anunciamos en la recepción y se presenta una secretaria que nos guía hacia una de las oficinas ubicadas en el primer piso subiendo las escaleras. La oficina a la que nos llevó era amplia, luminosa, con pocos objetos: tres sillas y un escritorio moderno. Nada tenía que ver con la típica oficina alborotada de planos, reglas y calculadoras, típica de un ingeniero. Esa profesión en la que Jorge Ferraresi se formó en la UTN de Avellaneda mucho antes de ser electo intendente por primera vez.

Hace tiempo, un viejo intendente bonaerense dijo en un programa de TV que: “para ser buen intendente uno tiene que conocer bien el territorio, su gente y sus necesidades”. Y parece que éste es el caso. Ferraresi tuvo a cargo la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de Avellaneda por 14 años. 

Su primer experiencia como intendente fue en 2009, luego de que Baldomero “Cacho” Álvarez asuma la dirección del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense. En el 2011, con aprobación y acompañamiento de la gente tras su experiencia de intendente interino, ganó con un acompañamiento del 56%.  Era el auge del kirchnerismo, el famoso 54%, donde la conjunción de la virtud y la fortuna le atribuyeron una diferencia de 44% de los votos sobre el segundo candidato, y logrando que 8 de las 12 bancas de concejales sean para el FpV.

En 2015 la historia era otra. El marco de alianzas del FpV era distinto, se había debilitado bastante. El desgaste de un proyecto político tras 12 años de marchas y contramarchas se evidenciaba, las presiones del mercado y los problemas económicos con los que el gobierno cargaba generaban una percepción de cierta asfixia social, el auge de 678 ya había pasado y Clarín seguía ahí, operando.

Por eso, en el año electoral donde el kirchnerismo perdió distintas intendencias aliadas, ser reelecto con un 47% de los votos con un propuesta que sostenía a raja tabla los 12 años kirchneristas, sacándole 16% de ventaja a la candidata opositora en ese contexto, debe querer decir algo: que la plata para las obras se vio reflejada en el mejoramiento de la calidad de vida de los avellanedenses, sino (y recordando las palabras del viejo intendente) no se podría explicar el resultado.

Fue el primero en hablar sobre “los traidores”, en aquella videoconferencia con CFK tres días antes de que Macri asumiera como presidente. La situación, hoy es distinta, y da la impresión de que ha pasado toda una vida entre el diciembre pasado y el agosto actual. 

Por ello, interesa su voz. El tiempo escaseaba y apenas entra a la oficina y saluda, disparo sin vueltas:
¿Cómo ve la situación actual desde Avellaneda y de la de los demás municipios en general?
La verdad es que ahora tenemos una realidad distinta. Antes nosotros teníamos una fortaleza que venía del gobierno en un mismo esquema, el nacional provincial y municipal, producto de un mismo proyecto nacional y popular. Hoy, gobernar con un proyecto nacional que empieza a tener políticas neoliberales, no es lo mismo. Es difícil gobernar un municipio que empieza a tener que sufrir las políticas de exclusión de un gobierno nacional que, producto de esas políticas, genera problemas que no existían en el territorio. Hay chicas que  haciendo la cuenta le corresponden $7.000 u $8.000  de Asignación Universal por embarazo, que es un derecho que tienen y no lo conocen, y que además es automático porque van al hospital y si les da positivo, directamente quedan en el sistema y a partir de ahí empiezan a cobrar el aporte por embarazo, pero el que está excluido no se entera. Cuando uno se va alejando más al centro de la provincia de Buenos Aires y pasa el segundo o tercer cordón, las políticas públicas de inclusión son fundamentales. En el territorio vos ves que los famosos ñoquis del estado eran los que hacían posible que las políticas públicas lleguen al territorio, eso desapareció cuando los echaron sin razón. Nos preparamos para un esquema de estas características, porque uno cuando gobierna tiene que hacer distintas evaluaciones y prepararse para lo que viene. La verdad es que no estamos bien. Solo 39 municipios del total en la provincia son superavitarios y todos los demás son deficitarios. Además, ni si quiera están habiendo los suficientes recursos para soportar la situación, lo cual genera mucha preocupación para la provincia.

¿Cómo se fue dando la relación con la gobernación de la provincia y qué  discusiones existen?
Al principio empezó a haber distintos lineamientos con respecto a los que dialogaban y los que nos reconocimos como oposición. Avellaneda es un municipio de oposición por una clara cuestión filosófica de contenido. Lo que también es cierto es que la provincia no es la misma con un proyecto nacional y popular, que con un proyecto nacional que no lo es. Ese proyecto nacional y popular hizo que la provincia tenga un montón de políticas públicas. Porque en realidad, sin esas políticas públicas, en una provincia que hay que restructurar económicamente, tiene pocas posibilidades de desarrollarse. En líneas generales es un diagnóstico de la dificultad. Cambiar las cuestiones estructurales,  requiere de un proceso económico distinto del que tiene hoy la argentina.

Por un lado, ¿cómo ve a la oposición en la provincia?, por el otro, ¿cómo se para el FPV de cara al futuro?
Hubo distintos procesos, lo que es cierto es que a la Provincia de Buenos Aires la viene cogobernando el Frente Renovador. No es que es solo una posición moderada, sino que es la misma del gobierno, ya que acompañan toda la gestión. Mientras que en el FpV hay algunos que los llamaron “dialoguistas”, otros a los que nos llamaban “golpistas”, otros que se llamaban “neutrales”. Pero, por la situación que la provincia está pasando, se está generando un gran consenso donde todos los intendentes nos estamos posicionando en oposición al ajuste y tarifazo del gobierno. Porque es parte de la democracia, el oficialismo siempre tiene oposición. Aunque el PRO ha mantenido la triste postura del discurso único, en el que el que no coincide con el otro pasa a tener un discurso desestabilizador. La situación social que viene pasando la argentina es complicada y cuando esta situación social no tiene conducción política, es peligrosa. El otro día en los cacerolazos tenía que cruzar la plaza principal de Avellaneda y había mucha gente organizada. Pero también mucha gente sola, que seguramente también nos tocó las cacerolas a nosotros. Necesitamos tener una agenda de oposición, y esto comienza a darse en el PJ, en el FpV en la Cámara de Diputados, etc.  Porque se empiezan a generalizar los casos donde la gente no puede pagar la luz, el gas, el agua. Hay muchos pibes que dejan de estudiar porque no les alcanza para el colectivo. Todas estas realidades van marcando que a este gobierno hay que ponerle un freno.

En los últimos meses se han dado distintas situaciones, como la detención de Milagro Sala y una catarata de denuncias contra ex funcionarios del FpV, que pueden comprenderse como parte de una persecución ideológica ¿esto por qué se da?
Macri tiene una fórmula que se repite en distintos países de la región. Hay dos actores nuevos dentro de la política, por un lado el partido judicial, y por el otro un partido mediático, que intentan desgastar la imagen de distintos líderes populares de la región relacionándolos con hechos de corrupción, y sumando que tratan de instalar en el sentido común que los distintos procesos nacional-populares están ligados a hechos de corrupción, pretenden terminar con la política. Y en la oposición nos vamos dando cuenta que, donde algunos creían que al principio venían solamente por el kirchnerismo, ahora se dan cuenta que viene por la política, ¿y a la política quién la remplazan? Los empresarios, los CEOS de las empresas que lo que hacen es una transferencia de ingresos de los sectores populares a los ricos.

Hay un debate que se viene dando a partir de lo que CFK planteó en Comodoro Py  acerca de la idea de construir un gran Frente Ciudadano ¿éste es una estructura, una nueva forma de interpelar al otro…?
No hay una fórmula. No es lo mismo el Frente Ciudadano en Avellaneda que en la Ciudad de Buenos Aires, en el Chaco, en Jujuy o en Salta. En cada caso se verá de qué manera se construye. Es interesante lo que pasó con los clubes de barrio, donde a partir del aumento de las tarifa se generó un volumen de organización para luchar por un mismo reclamo, o la movilización de los universitarios peleando por el presupuesto universitario, o de los estudiantes secundarios luchando por el boleto, o la movilización del 29 de abril de los trabajadores, donde uno de los dirigentes se bajó el día anterior y hubo varios arriba del escenario que dijeron que no era contra nadie, sino contra la situación, pero abajo había frente ciudadano porque había dos consignas que convocaban a todos: no a los despidos y no al ajuste. Entonces, lo que pasa en este tiempo es que la gente va por un lado y los dirigentes por otro. En el Frente Ciudadano conduce la agenda de la gente. Y ahí surgen nuevos liderazgos. No puede haber dirigentes que se hagan los distraídos porque la organización los va a terminar de pasar por arriba.

Existen sectores dentro del campo nacional que plantean que CFK ya no conduce ¿qué opinión tenés al respecto?
Que eso es cuestión de algunos dirigentes. Cristina lo que hace es liderar. Cristina tiene un liderazgo que es intransferible. Hasta que aparezca un líder del volumen que tiene Cristina van a pasar muchos años. Y eso es irremplazable. Ahora, nuestro rol cuando Cristina dice “Frente Ciudadano” es sobre las tareas que nos corresponde hacer nosotros. El proceso de construcción lo tenemos que hacer nosotros, el que es militante sabe lo que tiene que hacer, no tiene que preguntar. Lo que sí hay que preguntarse es por qué del 80% de las personas que se movilizaron el 9 de diciembre fue sola. Entonces, si el 80% de la gente va sola es porque ninguna organización y ningún dirigente que compone el espacio de lo que es el kirchnerismo las conduce. Por eso, en esta nueva etapa de organización tendrá que haber una cantidad de esos dirigentes que se planteen conducir a ese 80% de gente que está sola y que no está encolumnada en ninguna organización. Entonces viene una etapa organizativa distinta donde hay que tener actitud, donde hay que dejar las mezquindades y las vanidades de lado. Es un proceso difícil, pero cuando está Cristina es más fácil (risas).

¿Cuál es el rol que cree que tiene que tener el Frente para la Victoria?
El rol tiene que ser un rol de oposición. Hay un proceso de oposición donde Cristina se para en el centro de la escena. Estamos en un proceso de autocrítica, de discusión, hablando de que si volvemos a hacer las mismas cosas de antes, las tenemos que hacer bien. Nosotros venimos de tener una base militante muy joven que no sabe militar este tiempo. Mi hija, que el otro día me vino a ver, me dice “papá, ¿cómo se hace para militar cuando no esté Cristina?”, y todavía se ve que no saben cómo hacer. Estamos en un proceso de ver cómo se pasa de un rol defensivo a uno ofensivo. Me parece que vamos a pasar por un proceso en el que vamos a aprender bastante.

Para terminar, por el nombre de esta revista… ¿para vos, qué es “la grieta”?
La grieta cuanto más profunda mejor. Es parte de la historia, empieza en 1806, 1810, 1816. La grieta se profundiza mucho más cuando apareció el peronismo, porque la grieta se dio siempre entre los ricos y el resto de la sociedad. Nosotros venimos de un proceso en el que hubo movilidad social ascendente, eso produce enfrentamiento de intereses. Ahora, tiene que haber una fortaleza de clase para mantener todos esos derechos que conquistamos cuando el gobierno iba delante de las demandas sociales.

*Por Maximiliano Fernández Grau, Revista la Grieta
Fotografía: Hugo Delgado

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