El diario The Manila Times divulga que las fuerzas de seguridad lanzaron nuevos ataques aéreos de precisión y fuego de artillería para ultimar a los rebeldes.
La localidad sureña permanece sitiada por la agrupación extremista desde el martes último, tras un cateo fallido de las fuerzas de seguridad para encontrar a Isnilon Hapilon, líder extremista que juró lealtad al Estado Islámico (EI).
Los yihadistas quemaron varios inmuebles en la ciudad, incluida una iglesia católica, y secuestraron a un cura y a varios feligreses.
El EI reivindicó en su agencia de noticias Amaq el ataque de Maute, con el apoyo de milicianos indonesios y malasios simpatizantes de la organización terrorista.
Tras la violencia desatada por el grupo armado en la ciudad de Marawi, el presidente Rodrigo Duterte decretó la ley marcial en la isla de Mindanao y prometió extenderla a las islas Visayas si los grupos extremistas salieran de esa región para operar en otras zonas.
Maute y Abu Sayyaf son las bandas más activas en la isla de Mindanao, escenario de un viejo conflicto separatista islámico que causó entre 100 mil y 150 mil muertos en las últimas cuatro décadas.
