Sin embargo, requerirá de otras alianzas para formar Gobierno, aunque Muqtada al-Sadr, el líder de la coalición no se presentó como candidato y no puede aspirar al puesto de primer ministro.
Por medio de las redes sociales, Al-Sadr agradeció la confianza de los votantes y adelantó que su movimiento no decepcionará.
El primer ministro saliente, Haider al-Abadi, pidió cooperación para formar un gobierno de unidad nacional, que rechace el sectarismo y combata la corrupción.
A la alianza de Sadr con el Partido Comunista le siguieron la coalición Fatih, con 47 escaños, y 42 la Nasr (Victoria en árabe), del jefe del Gobierno.
Los partidos kurdos acumularon 58 curules. El Partido del Kurdistán Democrático obtuvo 25 y la Unión Popular del Kurdistán, 18.
Con 44.5 por ciento de asistencia, la votación resultó la más baja tras el derrocamiento de Saddam Hussein.
La desilusión caracterizaba a la mayoría de los 24 millones de iraquíes con derecho a voto que vieron mismas caras y proyectos desde la invasión norteamericana en 2003 que implantó un sistema a imagen y semejanza de la democracia estadounidense.
