En entrevista exclusiva publicada hoy por el diario Vecernje Novosti, el integrante de la organización Observatorio Militar dijo que desea ayudar a los colegas serbios y facilitar todos sus estudios.
Leggiero, de acuerdo con el periódico, sufrió ataques y acusaciones por su empeño en querer demostrar que fue esa sustancia nociva la responsable de muertes y enfermedades de un gran número de soldados italianos participantes en las operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Kosovo.
Durante 78 días consecutivos la aviación de ese pacto bélico bombardeó la entonces Yugoslavia y utilizó armas con uranio empobrecido, con mayor intensidad en el territorio kosovar y algunos sitios de Serbia.
Los empeños de Leggiero por establecer la verdad lograron que una comisión del parlamento de Italia proporcionara pruebas de la correlación entre la toxicidad de ese mineral y los efectivos italianos contaminados por no estar dotados con los medios de protección que tenían los soldados de Estados Unidos participantes.
Asegura en sus declaraciones que desde la guerra en Iraq a inicios de los 90 el Pentágono conocía de los efectos de ese tipo de munición y adoptó medidas de protección para sus fuerzas, pero la OTAN no hizo lo mismo con sus tropas cuando intervino en Kosovo después de los bombardeos.
A fines de mayo, la Asamblea Nacional (parlamento) de Serbia aprobó la creación de una comisión, encabezada por el diputado y doctor en Ciencias Médicas, Darko Laketic, para investigar esos efectos en la población serbia.
En esa ocasión, el científico declaró que los primeros trabajos se realizarán en la municipalidad de Vranje, a 345 kilómetros de Belgrado en el extremo suroriental de Serbia, ante los intensos ataques que sufrió, y continuarán en otras nueve cercanas en Kosovo.
El primer informe de la comisión, que completan seis legisladores de diferentes partidos políticos, deberá estar listo en el 2020.
Durante la intervención militar, sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, la OTAN realizó 38 mil incursiones aéreas, unas 200 diarias como promedio. También participaron 30 buques y submarinos.
Las pérdidas humanas se calculan en mil 200- cuatro mil muertos, de ellos más de 500 civiles, y los daños a la economía de la entonces Yugoslavia (Serbia y Montenegro) ascendieron a 100 mil millones de dólares.
