Mientras Kabila terminó en diciembre de 2016 su segundo y último ejercicio en el sillón presidencial, de acuerdo con la constitución que ayudó a proclamar, Bemba permanece en Bélgica tras ser liberado por el Tribunal Penal Internacional, el mismo que lo condenó a 18 años por crímenes de guerra cometidos por sus hombres en República Centroafricana.
El opositor Movimiento para la Liberación del Congo lo proclamó presidenciable la semana pasada y antes el gobierno le ofreció un pasaporte diplomático para viajar de Bruselas a Kinshasa
Para diversos sectores opositores se trata del único que podría enfrentar y vencer al jefe de Estado o a uno de sus delfines; una opinión que parece compartir el ejecutivo, de ahí su intento para llevarlo al grupo.
Ni Félix Tshisekedi, líder del mayor partido de oposición: Unión para la Democracia y el Progreso Social, ni Moise Katumbi, por el Movimiento Juntos y que enfrenta procesos judiciales en su país, parece que puedan por sí solos derrotar al gobierno.
Otra opción de la que se habla es de llevar un candidato único por los sectores adversos a Kabila, pero a poco más de una semana para el comienzo de la inscripción de los presidenciables, no hay nada claro.
Más allá de Bemba, la gran atención se dedica a la posibilidad de Kabila de enfrentarse a una tercera justa, dado que ni él, ni los dirigentes del Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia y ni de la coalición gobernante, se han apresurado a aclarar.
'Todos los que se preguntan sobre las elecciones presidenciales conocerán el candidato a más tardar el 8 de agosto', dijo recientemente el viceprimer ministro y canciller Leonard She Okitundu, con lo que alejó el desenlace del asunto.
Otros ingredientes del proceso, que se aplazó en septiembre de 2016 por alegada falta de dinero, tienen que ver con las acusaciones del Consejo Nacional de Seguimiento a los Acuerdos de la San Silvestre de que el ejecutivo y la Comisión Nacional Electoral Independiente (CENI) torpedean los comicios.
Lo cierto es que varios actores no confían en la CENI para llevar a buen puerto elecciones justas y creíbles, más allá de la aplicación de la máquina de votación, que divide a los participantes.
Sin embargo, el presidente de la CENI, Corneille Nangaa, dijo que la única manera de llevar adelante el escrutinio el 23 de diciembre es mediante esos equipos, porque será la manera más racional de organizar tres votaciones en un solo día (gobiernos provinciales, diputados y jefe de Estado).
Nangaa llamó a no politizar el tema, pues en su opinión la máquina de votación ofrece mayores garantías de transparencia.
De hecho, fue más lejos: 'Es necesario que despoliticemos el debate. Hará falta trabajar duro para obtener la adhesión de todo el mundo. Hace falta que haya consenso en la clase política. Porque hasta ahora no ha habido referéndum para saber si la gente está contra la máquina de votación o no'.
Igualmente anunció que el 16,6 por ciento de los registros en el padrón electoral (que carecen de firmas digitales) permanecerán en los listados como votantes.
Un tema que no dispara todavía las alarmas es el de la posibilidad de una intervención militar de la Unión Africana si Kabila se presenta como candidato. La idea fue manejada por Bob Kabamba, un profesor de Ciencias Políticas en la Universidad belga de Lieja.
Tal paso aumentaría los ingredientes de inestabilidad en un país que enfrenta una crisis de gobernabilidad en el este por el accionar de milicias armadas. La entrada de militares extranjeros agravaría esa situación, si lo entienden como una agresión.
La República Democrática del Congo tiene fronteras con otros nueve Estados. A ninguno de ellos conviene un conflicto que podría internacionalizarse.
Por ahora habrá que esperar por el aspirante gubernamental y por si Bemba entra en la carrera por el sillón presidencial, y la actuación del resto de la oposición.
Al final 40 millones de votantes esperan las opciones y decidir por el que quieren los conduzca hasta 2023.
PL
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