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» » La vuelta al Pago de Mariano San Pedro: "Para nosotros nunca fue Ella o Vos"

(04/02/15 - Almirante Brown)-.A través de una carta en su página de Facebook el diputado provincial y ex presidente del Concejo Deliberante browniano Mariano San Pedro anunció a última hora de ayer su retorno al Frente para la Victoria.

Este tema era uno de los grandes "secretos a voces" que circulaban en el distrito desde hace algunos meses pero que nadie confirmaba oficialmente en el entorno del dirigente.

Si bien no trascendió aún cuales serán los próximos pasos de San Pedro, se sabe que su bunker de Burzaco suele ser centro de peregrinación por estos días de numerosos dirigentes distirtales de todos los órdenes, entre ellos algunos concejales.

La decisión de San Pedro viene a explicar, entre otras cosas, la renuncia presentada el pasado lunes, y que hasta ahora no tomara estado público, del subsecretario municipal de deportes Germán Bonnemezón, y de quien uno de sus seguidores había anticipado a fines de la semana anterior un mensaje de whats upp anunciando su "retiro del proyecto".

La vista, ahora, deberá estar atenta a las demás corridas que se produzcan, si es que se producen, y a analizar como influyen estas en el correlato de fuerzas del deliberativo local, en el cual actualmente el gobierno municipal tiene mayoría.

A continuación el texto a mediante el cual el legislador provincial anunció su decisión:
Hace algunas semanas terminé de redactar un documento político para comunicar mi decisión de alejarme del Frente Renovador. 

Al momento de comunicarlo fui sorprendido por la noticia de la muerte del Fiscal Nisman; hecho que me conmovió profundamente como a toda la sociedad. Inmediatamente decidí postergar el anuncio. No había lugar para otra cosa que atender a lo que estaba pasando, y con prudencia, esperar un rápido esclarecimiento de este trágico suceso. 

Pasado este tiempo, y ante la filtración de la noticia, publico estas líneas que tratan de explicar mi decisión.

A la Opinión Pública en General
Hace aproximadamente un año y medio, un grupo de compañeros y dirigentes de Almirante Brown, tomamos la decisión de acompañar al entonces Intendente en la conformación del Frente Renovador para la elección legislativa del año 2013. 

Esta medida realmente fue muy controversial para muchos de nosotros, porque más allá de las diferencias de cómo encarar la etapa final del mandato de la Presidenta Cristina Fernández, o de reconocer la falta de ámbitos para discutir y discernir este u otros temas, a nuestro entender tarea necesaria en ese momento, la gran mayoría nos sentíamos parte del proyecto político que inauguró Néstor Kirchner en el año 2003, y muchos habíamos colaborado desde antes, en los momentos fundacionales de la construcción política que lo depositó en la Casa Rosada; como así también éramos contenidos por las políticas públicas de este gobierno y la promoción de debates profundamente ideológicos. Revisando el pasado, actuando en el presente y proyectando el futuro. 

Es así que urgidos de tomar rápidamente una decisión, priorizamos mantener nuestro espacio local unido, con el fin de no debilitar al gobierno municipal. Tomando esta decisión, la de confrontar, como avatar transitorio, si se quiere ilusamente. 

Por supuesto otros dirigentes, con los cuales habíamos trabajado codo a codo todos estos años, ya sea por desavenencias a nivel municipal o por firme compromiso con el proyecto nacional, siguieron desarrollando su militancia en el Frente para la Victoria.

Que pensábamos del Frente Renovador, cómo lo veíamos y qué debates aspirábamos a dar desde este nuevo y vertiuginoso espacio político
Primero dar una profunda discusión sobre nuestra provincia. Nos parecía que era la oportunidad de discutir de una vez por todas las reformas necesarias y urgentes que a nuestro criterio necesita Buenos Aires. 

Esta escisión y su posterior triunfo electoral, nos daba la fortaleza y autonomía política para hacerlo. Los bonaerenses debemos tener una dirigencia que aporte al debate de ideas de la Argentina, pero que este debate no la paralice hacia adentro cortando la posibilidad de pensarse a sí misma. 

Tenemos que generar los cambios (porque no, reforma de la constitución mediante) que nos permitan discutir nuestros temas, entre nosotros, independientemente del debate nacional. No queremos una Buenos Aires descomprometida que coarte al resto de las provincias hermanas, pero tampoco una mole sin rumbo.

Creíamos en discutir sobre seguridad o inseguridad, como quieran llamarlo, pero hacerlo de manera seria y no efectista. En nuestro país tenemos dos tendencias, no solo en la dirigencia política. El “progre” que no se permite y no permite discutir la contención por parte del Estado al delito, porque de solo hablar del tema se ve transformado en un “facho”, o el “derechoso” que solo plantea mano dura, con un discurso reduccionista xenófobo y autoritario. 

Se puede, y debemos hacerlo, plantear un gran acuerdo de reformas de las instituciones (policía, justicia, servicio penitenciario) a mediano plazo, innovando y también copiando de otras experiencias exitosas, que nos permita realizar un trabajo serio y elevar el piso en el que estamos. Menos cháchara y más laburo.

Siempre pensamos nuestra construcción política en la órbita del peronismo. Está claro que los ciudadanos están muchos más interesados en las propuestas concretas para la solución de problemas colectivos o personales, que de discutir sobre las cuestiones partidarias. 

Para los que somos dirigentes, que hacemos alarde de nuestros años de militancia, y enarbolamos (la nuestra) y pedimos (a los otros) coherencia, es muy importante desde dónde y con quién construimos. 

Ningún espacio político en la Argentina o en el mundo es perfecto, ni tampoco está compuesto de iguales, es imposible. Desde ya que un dirigente o un espacio buscan permanentemente convocar y expandirse, y está bien que así sea, y que mejor que no solo convoque, conmueva o convenza, a ciudadanos y dirigentes de otras filiaciones políticas o bases ideológicas. Pero la línea es muy fina y hay determinados iconos que expresan, por lo menos a nosotros, estrictamente lo contrario a nuestra visión histórica y de la coyuntura. 

Y no es que se subsuman en nuestro espacio plural luego de una introspección crítica sobre sus posicionamientos anteriores. Todo lo contrario. Para nosotros el peronismo por historia y doctrinas siempre va a ser, junto a los movimientos sociales, y diferentes partidos y dirigentes del campo nacional, “el lugar desde dónde”. 

Abiertos, pero sin perder la rigurosidad en las líneas gruesas de nuestro posicionamiento histórico. Tiene que ver con nuestra comprensión de la realidad. En todo espacio o gobierno suceden cosas buenas y malas. Decisiones que compartimos y otras que no. Personajes que admiramos y aquellos de los que nos avergonzamos. Como en un club, en nuestro trabajo o en una familia. Lo importante es que los numerosos componentes inclinen la balanza de manera significativa hacia el + y no hacia el -.

Derrotero

La Alianza con el PRO
Ya en el cierre de lista (el día del cierre, no antes) nos vimos sorprendidos por la incorporación de dirigentes del PRO, en principio figuras emblemáticas, llegando a la decisión final de incluir personas de menor nivel de conocimiento. Tratando de esconder, en alguna medida, un acuerdo que a algunos nos resultaba inverosímil. 

No es con afán de estigmatizar al PRO o a su jefe Mauricio Macri, pero claramente si hay una fuerza política con la que no coincidimos en prácticamente nada, es con ellos. 

No pensamos lo mismo acerca de los Fondos Buitres. No pensamos lo mismo sobre el Rol del Estado. No pensamos lo mismo sobre la prioridad de alianzas de la Argentina en el marco del concierto mundial de naciones. No pensamos lo mismo sobre la Ley de Medios. En fin, no pensamos lo mismo.

Código Penal
Con el rechazo a la propuesta de reforma del Código Penal (independientemente del Código en sí, que seguramente debe ser debatido, o de la valoración del momento de envío de dicho proyecto), a nuestro entender se inicia una espiral en el tratamiento de temas relacionados con la seguridad, que tienen más que ver con un posicionamiento político, que con el real análisis de esta gran problemática. 

“Videla estaría libre”. “Se van a liberar 15.000 presos”. Compartimos la congoja y la bronca de las víctimas de hechos delictivos (entre las que nos encontramos, porque somos parte de la sociedad, y todos hemos vivido este tipo de situaciones), sobre todo de aquellos que sufren el dolor de una pérdida irreparable. 

No queremos ni debemos esconder una realidad preocupante, que se ha transformado en una demanda innegable. Pero sinceramente y alejando prejuicios que todos tenemos, creemos que el camino que nos va a llevar a la resolución de esta problemática es el diálogo y la convocatoria a todos los actores sociales e institucionales involucrados. 

Gobernantes, Fuerzas de Seguridad, Jueces y Fiscales, Iglesia, víctimas, Sindicatos, ONG, especialistas, personas que hayan llevado a cabo (objetivamente) experiencias exitosas en nuestro país y en otros; todos trabajando en el diseño de las Políticas Públicas necesarias en una mesa de trabajo permanente. Si estos actores se atacan entre sí, es imposible. 

Tenemos que edificar una suerte de pacto o acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas y sociales, aunque sea en este tema. Y el momento es inmediatamente posterior a las elecciones de este año, que nos va dejar una nueva configuración política. Buscar desesperadamente un estridente título periodístico, habla más de pobreza moral que de convicción en la búsqueda de soluciones.

Derechos Humanos
Para nosotros la lucha por el Juicio y Castigo a los actores materiales e intelectuales del genocidio ocurrido en los años 70´ no se negocia ni se discute. 

El ataque o la puesta en duda de su honestidad intelectual, a los organismos de Derechos Humanos, a las Abuelas, o a las Madres, por su posicionamiento político o por el acompañamiento al gobierno, no nos parecen correctos y lo repudiamos. 

Pretender que insistir con la resolución de este tema va en detrimento de la adquisición de derechos faltantes en la actualidad, tiene más que ver con endulzar los oídos de los sectores más reaccionarios de la sociedad, que con una cuestión de firmeza en la reparación de los mismos, o el anhelo de unidad nacional. 

Todos soñamos con un país mayoritariamente unido y que deje atrás los traumas que nos pudieran haber dividido. Pero en este caso solo lo lograremos con la reparación a las víctimas, y el sincero reconocimiento y arrepentimiento de los ejecutores de tamaña aberración, previo castigo de la justicia, y de quienes de alguna manera acompañaron esta etapa desgraciada.

Marco de alianzas
A medida que avanzó el armado político, vimos diferentes intentos de cooptación de dirigentes, ejercicio que por supuesto creemos que debe ser tomado como válido (no solo cuando uno lo hace). 

Es muy difícil o casi imposible trazar un parámetro objetivo sobre que incorporación es buena o aceptable. Se empezaría una discusión interminable sobre los actores que componen las distintas fuerzas, sus anteriores participaciones en otros espacios políticos, o lo cometido en el mismo, aquellos que se hayan mantenido inamovibles en su partido. Sus apoyos o rechazos a incontables políticas o posiciones con anterioridad. 

Por eso entendemos que esta valoración es muy personal y tiene que ver con la actitud política que creemos que demanda la coyuntura. Y por supuesto la posición actual sobre los temas prioritarios y/o estratégicos. 

No puede ser más importante la foto con determinado dirigente que el empeño en demostrar el vigor y claridad del proyecto político. Lo primero tiene que estar supeditado claramente a lo segundo. 

La política de crecimiento del espacio no pude asemejarse a un mercado de pases futbolístico, donde se empieza por querer traer al refuerzo más llamativo y se termina incorporando al que se “tiene a tiro”. 

No nos gusta discutir en términos personales, creemos que la descalificación personal (no la crítica a las acciones y propuestas de los dirigentes) daña esta preciosa actividad y fortalece a los que pretenden manejar los hilos desde las sombras, los que están acostumbrados a no sentir el rigor de la lupa ciudadana. 

Pero queremos poner algunos ejemplos. ¿Con quién pensamos que, dejando de lado las seguras diferencias y potenciando los criterios comunes, querríamos trabajar en la Argentina que viene? ¿Con quién estaríamos más cómodos y tendríamos más similitudes que encontronazos? ¿Con Urtubey o con Olmedo y Romero? ¿Con Fellner o con Morales? ¿Con Filmus o con Hotton? ¿Con Bossio o con De Narváez? ¿Con Urribarri o con Busti? ¿Con Aníbal Fernández o con Alberto Fernández? ¿Con Chino Navarro o Mauricio D´Alessandro? Sé que pueden retrucar, ¿Katopodis o Jaime? Pero ya expusimos que lo importante es lo que expresa el conjunto y en dónde ponemos el acento. 

Pudimos poner otros nombres, pero de lo que queremos dar cuenta es que la salida de la órbita del peronismo, y el alejamiento innecesario (hasta ubicarnos en las antípodas) de este proceso transformador y reivindicador del que muchos fuimos fundadores (algunos en pequeña escala y otro con más trascendencia), nos alejó de nuestros seguros y queridos socios en la tarea de seguir proponiendo las reformas necesarias para consolidar el país que soñamos, que es el del desarrollo solidario y el bien común para todos los Argentinos. Y nos llevó ahí el poner el árbol por delante del bosque. Las candidaturas por delante del proyecto político.

Discurso y posicionamiento político
Es normal y sucede en cualquier democracia, desplegar estrategias comunicacionales para transmitir de la manera más efectiva nuestro pensamiento o nuestra propuesta. 

Tanto para que llegue clara, como a la mayor cantidad de ciudadanos posibles. 

Y es atendible que dirigentes que se propongan llegar al máximo escalón institucional de una provincia o del país, requieran de algún asesor idóneo en la materia. Pero en esto también creemos que debe haber un límite. 

Las decisiones no se pueden tomar solo en este laboratorio infectado de resultados de Focus Group, sondeos de opinión, y amigos del éxito. 

No se puede tirar slogans todo el tiempo para sintetizar una posición, que uno no alcanza a divisar si es propia del convencimiento o a la medida de lo que supuestamente la gente quiere escuchar. 

No se puede vivir de posturas altisonantes. 

No se puede pedir “Mani Pulite” rodeado de empresarios o dirigentes de dudosa fortuna. 

No se puede decir “basta de reelección a los intendentes” y que ninguno vaya a cumplir esta premisa. 

No se puede decir “vamos a barrer a los Insfran” y acordar con Romero, Chabay Ruiz, Othahacehe, Barrionuevo, etc. 

Si estos hombres de la política son buenos o malos lo decidirá la historia y cada uno de manera personal, pero no podemos ser selectivos, permanentemente, a nuestra conveniencia. 

No se puede pregonar a boca de jarro la necesidad de una justicia independiente y tener relaciones y/o eventos (por fuera de los roles institucionales de cada cual) con integrantes del Poder Judicial que alojen un manto de sospecha sobre el pedido. 

Bajar el nivel de cinismo en la política argentina nos va a llevar a una comprensión más acertada de las reglas de juego, sobre a todo a los ciudadanos de a pie, que muchas veces se sienten perdidos ante tanta parodia. 

Todo político se siente tentado de incorporar a una figura del deporte, el arte, el periodismo, o a cualquier persona que este fuera del ámbito de la política. 

Se busca este tipo de incorporaciones para proyectar la imagen de que uno no solo es apoyado por sus seguidores o militantes (todos pagos, ñoquis, etc.) sino también por personajes exitosos (que no dependen del Estado, por lo cual este apoyo es genuino). 

“Yo soy como ustedes” (honestos, trabajadores, librepensadores) “y no como estos” (dirigentes, sindicalistas, militantes).

Por supuesto que hay apoyos genuinos en todos los espacios políticos, y que estas figuras, como ciudadanos que son, tienen todo el derecho a participar activamente de la vida política del país. 

No está en nuestro ánimo invalidar a nadie. Pero utilizar estas incorporaciones de manera recurrente, habla de un determinado posicionamiento político y una falencia a la hora de construir la fuerza. Es más PRO que JP. 

Para nosotros nunca fue Ella o Vos. 

Nosotros nunca quisimos estar enredados en esta suerte de grupo A. 

Nosotros nunca vimos como una posibilidad participar de una gran primaria de la oposición. 

A nosotros no nos convocaron para eso, y en su momento dejamos en claro nuestros límites, ante quien correspondía.

Este año no es uno más en la vida de nuestro país. Porque así lo marca nuestra Constitución, nuestra Presidenta Cristina Fernández, no puede presentarse para gobernar otro periodo. 

Por lo tanto vamos a tener otro Presidente o Presidenta. 

Tampoco el Gobernador Scioli puede ser reelecto, tenemos una gran oportunidad para repensar nuestra provincia. Vemos en el inicio de este periodo trascendental para el futuro de nuestra Patria, que otra vez, se erigen dos grandes polos. Cada uno con una visión, sesgada por supuesto, de nuestra historia, del presente, y de lo que debemos hacer en el futuro. No pensamos estar del lado equivocado.

Por las razones anteriormente vertidas, junto a un grupo de compañeros y compañeras arribamos a la decisión de separarnos de las filas del Frente Renovador. Por último quiero certificar que no me moviliza el daño o el perjuicio a nadie en particular, solo la convicción de respetar mis ideas, mi formación política, y una historia en común con mucha gente.

Mariano San Pedro
Diputado de la Provincia de Buenos Aires

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