Así como Néstor y Cristina nos re-esclarecieron colocando la política como eje rector de un proyecto de país, nos han aleccionado sobre la necesaria supremacía de las ideas: es decir lo primordial son los principios y el contenido del Proyecto hecho carne en el pueblo, para, paso seguido discutir quien o quienes son los que tendrán el honor y la responsabilidad de darle continuidad.
Así, el lema encierra dos términos indivisible: Proyecto y Candidato.
A estas alturas, luego de 12 años de vigencia, no hay dudas sobre cuál es el Proyecto Político kirchnerista, que se medirá en elecciones dentro del Frente Para la Victoria en este año. Como tampoco está en duda lo que nos jugamos: continuidad o interrupción; avance o retroceso; soberanía o dependencia…
Por ello, sabiendo cuál es el rumbo que queremos seguir y profundizar, es hora de darnos el debate sobre quiénes son los mejores garantes de la continuidad del proceso iniciado en 2003, en todos los niveles de gobierno. Como pueblo empoderado, como militantes del Proyecto, como ciudadanos conscientes de lo que se disputará es nuestro futuro y el de nuestros hijos, queremos, debemos y exigimos ser parte de ese debate.
Por otro lado, como militantes del Proyecto que conduce CFK que vivimos en Almirante Brown, esta demanda de participación genuina tiene además el peso de encontrarnos en un distrito con particularidades alarmantes.
En el 2011, en FpV fue elegido por el pueblo para ser gobierno local, y a poco de andar fuimos traicionados por el ejecutivo y la mayoría del legislativo, pasando a ser gobernados por una fuerza política neonata y opositora, que abandonó el distrito a su suerte. Retrocedimos a pasos agigantados y como militantes, tenemos la obligación, no sólo de dar continuidad al Proyecto, sino de re-instalarlo y desarrollarlo.
En las elecciones de medio término del 2013, gracias a la vil maniobra de quienes se asociaron entre gallos y medias noches al Frente Renovador, los militantes del Proyecto Nacional y Popular, padecimos la imposición de candidatos y el fracaso electoral.
Y si algo aprendimos de estas experiencias es que la militancia no puede bancar lo que no discute. Hoy, a mediados de marzo de 2015, tenemos autoproclamados representantes del FpV y Renovadores arrepentidos con aspiraciones de conducción, cuyas lealtades políticas y trayectorias personales plantean severas dudas.
Pero lo que no tenemos son candidatos legítimos para salir a disputar el distrito a las fuerzas opositoras al Proyecto Nacional y Popular que conduce CFK.
Está claro. El candidato es el proyecto. Pero ya aprendimos: no queremos candidatos impuestos, arribistas, ni tibios. No queremos conformarnos con el menos malo. Por eso también está claro que es tiempo de discutir quién debe ser la/el candidata/o para Brown: el que mejor garantice por militancia, capacidad, experiencia, convicciones y coherencia ideológica, el desarrollo y profundización del Proyecto.
Está claro. El candidato es el proyecto. Pero el proyecto necesita de un candidato.
Decimos esto con la autoridad de quienes lograron empoderar el Proyecto; militarlo y defenderlo todos los días en cada barrio desde hace más de una década; porque lo que va a dirimirse en agosto y octubre de este año, es nuestra vida y la del pueblo de Brown.
*Por Ángel Akike para Reporte Sur
