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» » Refugiados palestinos: ¿Qué han hecho para merecer esto?

(16/07/15 - Genocidio Palestino)-.Varios informes fidedignos sobre los refugiados palestinos en Siria y Europa han visto la luz esta semana e ilustran la creciente presión y los peligros con que se enfrentan los palestinos que, simplemente, tratan de sobrevivir. Y no es probable que las oportunidades de supervivencia mejoren a corto plazo.

Tres casos graves han sido comunicados hace pocos días al Programa de Becas Sabra-Chatila (SSSP), que tiene su sede en Beirut y Washington y que, desde comienzos de año, ha podido ayudar modestamente a varios palestinos de Siria a conseguir visados y refugiarse en Europa.

Se les ha proporcionado algo de dinero y, en ocasiones, se ha intervenido para resolver problemas kafkianos a los que se han enfrentado en la frontera sirio-libanesa de Masná y se ha contactado, frecuentemente, con la Seguridad General Libanesa en relación con diversos organismos que, aparentemente, cambian sus requerimientos y restricciones sin previo aviso.

Los problemas de los refugiados procedentes de Siria para poder contactar con las embajadas europeas en Líbano se han agravado recientemente, después de que el gobierno haya impuesto medidas más estrictas todavía para su entrada y posterior traslado a Europa.

SSSP ha podido proporcionar algunas viviendas en el sur de Beirut mientras los palestinos de Siria esperan para recibir sus visados, normalmente unos seis días, y luego les ofrece transporte hasta el aeropuerto de Beirut, desde donde se dirigirán a Europa en busca de una nueva vida, a la espera de poder regresar a su país, Palestina.

Lo que está pasando esta semana a los palestinos en los puestos de control sirios que hay entre Damasco y la frontera turca ha alarmado a la comunidad palestina y a sus simpatizantes.

La razón es que, una vez que un refugiado palestino llega a Europa, la persona puede solicitar, también, estatus de refugiado para un hijo, padre o esposa que, por diversos motivos, se han visto obligados a permanecer en Siria. Después de algunos meses, el país europeo suele emitir visados para los miembros de la familia, de forma que puedan viajar y reunirse. Hasta aquí todo bien.

Tenemos un caso de unos menores que llegan a Europa por su cuenta, sin sus padres. “Farah”, una muchacha de 15 años, viajó por su cuenta la semana pasada desde el campamento de refugiados de Yarmuk, en Damasco, haciendo caso omiso de los consejos paternos y sin visado. Llegó a Ayvalik, Turquía, donde se embarcó en un bote inflable junto con otras 30 personas. Cuando el motor se averió, todos se turnaron para llegar remando hasta la isla griega de Lesbos, tras haber pagado 1.000 dólares a un “banco matriz” en Turquía que, a su vez, le entregaría el dinero al traficante una vez que llegaran a Lesbos y enviaran un código al banco (la tarifa normal desde Ayvalik, Turquía, a la isla griega de Lesbos es de 30 euros en un barco normal en clase turista).

Además de “Farah”, estos días están llegando a Lesbos una gran cantidad de inmigrantes, lo que está desbordando a las autoridades locales encargadas de identificar, fichar y registrar las llegadas y enviarles a la Grecia continental, normalmente Atenas. El 5 de julio, unos 1.600 sirios y palestinos, y algunos otros, llegaron a Lesbos en un lapso de 24 horas, mientras que el día anterior lo hicieron alrededor de 500.

Las llegadas mensuales han pasado de las 737 en enero y 1.002 en febrero a las 3.348 en marzo, casi 5.000 en abril y más de 7.200 en mayo. En julio, hasta esta semana, han llegado a Lesbos más de 6.000 refugiados y los números no paran de crecer, como parte de los 110.000 refugiados palestinos que han huido a Europa procedentes de Siria.

Como todos sabemos, los viajes de esta clase son peligrosos. Los refugiados palestinos de Siria están intentando viajar a, por este orden, Suecia, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Austria, Bélgica, Gran Bretaña y Francia, en busca de seguridad y dignidad. Hasta la fecha, lo han conseguido unos 40.000 (270.000 sirios han solicitado asilo en Francia hasta el día de hoy).

Miles de otros palestinos se han visto obligados a huir en “botes de la muerte”, perdiendo la vida en el intento. Por ejemplo, el 10 de noviembre de 2013, alrededor de 200 refugiados palestinos procedentes de Siria se ahogaron en el Mediterráneo. El 9 de junio de 2014, un bote que transportaba a unos 400 refugiados, incluyendo un elevado número de palestinos de Siria, volcó y solo sobrevivieron once personas. Además, desde finales de 2011 hasta hoy, aproximadamente 3.000 palestinos han perdido la vida en Siria debido a la guerra civil.

Pero “Farah” llegó a Lesbos la semana pasada y estaba muy emocionada cuando me llamó y me dijo que el viaje de seis horas por el Mediterráneo fue “divertido y con un mar en calma”. La buena suerte no le abandonó cuando desembarcó y comenzó a pensar cuál sería su siguiente paso, ya que unos turistas daneses le ofrecieron su ayuda. Tres días más tarde, “Farah” llegó a Suecia a una nueva vida y tiene planes para solicitar, en los próximos días, visados para sus padres, que se encuentran en Yarmuk, con los que espera reunirse pronto. Pero el sueño de esta joven podría no hacerse realidad.

Como he señalado más arriba, las nuevas restricciones en los puestos de control sirios han terminado con los sueños de otras “Farahs” y familias palestinas que trataban de emigrar a Europa. Al parecer, miembros de familias palestinas que han recibido visados para reunirse con sus seres queridos en Europa, entre ellos padres de menores como “Farah”, han sido bloqueados en puestos de control sirios y están siendo encarcelados y devueltos a Damasco. No existe ninguna regulación gubernamental al respecto y los detalles siguen siendo oscuros.

El 8 de julio, este observador recibió una llamada de Skype de una familia de ocho miembros a la que el SSSP había ayudado para que emigrara a los Países Bajos. Me decían que sus padres, que se encontraban camino a Turquía para posteriormente volar a los Países Bajos, fueron detenidos en un puesto de control siro al norte de Homs, arrestados y encarcelados.

Al cabo de unos días, el soborno efectuado por unos amigos consiguió que fueran puestos en libertad, pero sus carceleros les advirtieron que “los palestinos ya no pueden salir de Siria y viajar a Europa a través de Turquía o de cualquier otra ruta”. Como en los otros dos casos de los que se ha informado esta semana, la única explicación que se les dio fue que “si los palestinos abandonan Siria, perderán el derecho de retorno a Palestina”.

Evidentemente, esta débil e indignante excusa es absurda. Todo refugiado palestino sobre la Tierra, de la Nakba [limpieza étnica de 1948] o de la Naksa [limpieza étnica de 1967], y sus descendientes tienen derecho al retorno, y este derecho es inalienable y no puede ser cedido, abandonado, negociado o abolido por los líderes políticos, ni siquiera por la Autoridad Palestina, en conversaciones con el régimen sionista del apartheid. El derecho de retorno de los refugiados palestinos es un derecho individual y permanente, que se adquiere al nacer.

Pero lo que quiere decir la nueva “política” es que “Farah” y otras familias de los más de 110.000 palestinos que han conseguido huir de Siria (270.000 palestinos están desplazados dentro de Siria y el resto están sufriendo el asedio de la guerra) no podrán reunirse hasta que termine el conflicto o esta nueva práctica de los puestos de control sea retirada. La UNRWA (agencia de la ONU para los refugiados palestinos) y el ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados) han sido informados de esta situación y han prometido que van a investigar. Lo mismo deberían hacer el Observatorio de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y demás organizaciones humanitarias.

A pesar de que la comunidad palestina de Siria prometió, cuando estalló el conflicto, mantenerse neutral y preservar el simbolismo de su causa entre toda la población, además de mantener las relaciones con el gobierno sirio, que les ha dado más derechos civiles que cualquier otro país de Oriente Medio, no parece probable que los escenarios a corto plazo para el fin del conflicto tengan perspectivas positivas para los refugiados palestinos de Siria.

La multitud de esfuerzos que se han realizado para implicar a los palestinos en el conflicto sirio no han conseguido alterar el equilibrio de poder entre los principales beligerantes, pero ha beneficiado a los ocupantes de Palestina y ha traído más sufrimiento, más carencias de alimentos, agua, combustible, electricidad, atención médica e incluso la posibilidad de comunicarse con los seres queridos. Además de Yarmuk, los campamentos de Jan al Cheij, Al Narab y Handarat, en las provincias de Damasco y Alepo, que este observador ha visitado, están sitiados y condenados a muerte.

Como ha sugerido un reciente análisis de Maher Chawich, del Centro Al Zeitún, si el conflicto continúa o el estado sirio se desintegra en entidades sectarias y étnicas, el sufrimiento de los palestinos seguirá y su número se reducirá en Siria.

El deterioro de las condiciones de vida de los palestinos en Siria solo podría detenerse si los partidos rivales, con el apoyo de sus patrocinadores regionales e internacionales, llegaran a un acuerdo político que asegure la subsistencia del estado sirio y su unidad, así como la causa central de las personas de buena voluntad en esta región: la causa palestina.

*Fuente: The noose is tightening around Syria’s Palestinians

*Acerca del autor: Franklin Lamb es director de Americanos Preocupados por la Paz en Oriente Medio, miembro del consejo de administración de la Fundación Sabra Chatila y voluntario de la Campaña de Derechos Civiles Palestina del Líbano. Es autor de The Price We Pay: A Quarter-Century of Israel’s Use of American Weapons Against Civilians in Lebanon y está preparando en Líbano su próximo libro. Ha sido profesor de derecho internacional en la Facultad de Derecho de Northwestern de Oregón y obtuvo su licenciatura en Derecho en la Universidad de Boston, así como su doctorado en Filosofía en la London School of Economics.

*Acerca del traductor: Javier Villate mantiene el blog Disenso, con artículos, análisis y traducciones sobre Palestine, Israel y Medio Oriente. Le puedes seguir en Twitter como @bouleusis

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