El Ejército habría intentado frenar a los combatientes de Nyatura, que armados con pistolas y cuchillos invadieron el miércoles el pueblo de Bwalanda, en la provincia de Kivu Norte, algo que no lograron debido al gran número de combatientes hutus, según testigos.
"Las milicias mataron sin piedad a civiles", dijo el jefe adjunto del gobernador provincial en la jefatura de Bwito, este del Congo, quien elevó la cifra de muertos a 13, mientras que otras fuentes locales hablaron de 20 víctimas por heridas de bala y machetes.
Las primeras investigaciones apuntan a que el ataque se produjo en represalia tras el hallazgo de los cadáveres de tres civiles de etnia hutu el miércoles en Bwalanda, que fueron asesinados con machetes.
Este ataque podría justificar la intervención de la milicia hutu en el pueblo de Bwalanda, donde mataron a personas de etnia nande, según la radio local Okapi.
Tras el ataque, los combatientes huyeron a Nyanzale, su lugar de origen, situado también en la provincia congolesa de Kivu norte, reportó la agencia de noticias EFE.
Esta violencia étnica se suma a la crisis política nacional del país centroafricano, que se agudizó en los últimos tres meses tras la represión social que desató el gobierno del presidente Joseph Kabila (foto), cuyo mandato venció el lunes pasado ya que la Constitución le impide volver a presentarse.
Sin embargo, el mandatario no dio muestras de querer abandonar el poder, que ostenta desde 2001. Pese a que el mandato de Kabila terminó y que las elecciones presidenciales no se celebraron este mes como estaba previsto, debido a que la Comisión Electoral alegó razones técnicas, el presidente en acuerdo con la Justicia decidió aplazar los comicios hasta 2018.
Ese acuerdo, auspiciado por la Unión Africana (UA), fue rechazado por algunos partidos de la oposición, que continúan sin aceptar el cambio de fecha.
Los detractores de Kabila lo acusan de haber orquestado el aplazamiento de las elecciones y de tratar de cambiar la Constitución para poder volver a presentarse a la reelección.
