“Actualmente, estamos en contacto con líderes de otros países que emitirán un reconocimiento similar al que hizo Estados Unidos. No tengo dudas de que en el momento en que la embajada de Estados Unidos se traslade a Jerusalén, e incluso antes, habrá un cambio de muchas embajadas a Jerusalén. El tiempo ha llegado”, afirmó el jueves el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu.
El miércoles, el mandatario estadounidense, Donald Trump, a pesar de las advertencias internacionales y cumpliendo lo que había prometido, reconoció Al-Quds como capital de Israel y ordenó el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a esta ciudad santa.
Tras el anuncio del jefe de Estado estadounidense, Netanyahu expresó su entusiasmo y dijo que “Trump entró para siempre en la historia” del régimen de Israel.
El miércoles, la radio israelí Reshet Bet informó que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, envió una carta a las autoridades israelíes en la cual anuncia que está considerando trasladar la embajada de Filipinas a Al-Quds.
La decisión del miércoles de la Administración estadounidense viola todas las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A nivel regional e internacional la respuesta a la estrategia de la Casa Blanca ha sido de rechazos y críticas.
Un portavoz del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió que EE.UU. sumirá a la región y el mundo en un fuego que no tendría fin. Otras partes en pronunciarse al respecto han sido la Unión Europea (UE), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Francia, Alemania, Irak, El Líbano, Irán, Jordania y varios países latinoamericanos.
Este viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) se reunirá de urgencia para analizar la situación de Al-Quds a solicitud de ocho de los 15 miembros que componen el organismo.
