“Anoche el dueño del restaurante Red Hen de Lexington, Virginia, me invitó a marcharme porque trabajo para el presidente de Estados Unidos”, ha informado Sanders mediante un mensaje difundido este sábado en su cuenta en Twitter.
Por su parte, uno de los camareros del restaurante ha explicado en su cuenta en Facebook que después de dos minutos de atender a Sanders su jefe echó a la política y a siete miembros de su familia.
El comentario fue reproducido en las redes sociales por diferentes organizaciones sociales, mientras varias personas alabaron la actitud del dueño del restaurante.
Anoche el dueño del restaurante Red Hen de Lexington, Virginia, me invitó a marcharme porque trabajo para el presidente de Estados Unidos”, Donald Trump, informa la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Sanders no es la única miembro de la Administración Trump que ha pasado un mal momento en un local público. La semana pasada, un grupo de activistas gritó “que vergüenza” (en alusión a la política de separación de hijos y padres migrantes) a la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., Kirstjen Nielsen, cuando se encontraba en un restaurante mexicano.
