El paso que ha dado el gobierno de Cambiemos nos envuelve en un panorama cada vez más sombrío y oscuro. Ya no se trata de simple ignorancia política. O quizás nunca la hubo.
A lo largo de más de dos años y medio hemos señalado en reiteradas oportunidades el fracaso al que nos conduciría este modelo económico, que sólo alimenta la bicicleta financiera y la fuga de capitales.
Poco a poco, con los incrementos tarifarios de más de un 1600%, la apertura indiscriminada de las importaciones, la crisis cambiaria que el gabinete económico jamás pudo controlar, la inflación, la recesión y la devaluación, han destruido toda posibilidad de crecimiento productivo.
Lo único que creció en Argentina en este período fue la deuda y el hambre.
Este planificado contexto nos empujó a la vuelta al FMI, cuyo único logro es haber multiplicado la pobreza en todos los países que pisó.
Sin perspectivas a futuro, al Gobierno ya se le ven los hilos: el FMI da indicaciones y Mauricio Macri ejecuta. Y, si esta medida se convalida, las FFAA prestarán tareas de seguridad interna bajo el argumento de la “modernización”.
La militarización interna es la gran excusa para usar la represión como política de Estado contra los movimientos sociales y populares. El objetivo, bien sabemos cuál es: construir enemigos internos y utilizar la violencia para perpetuar esta nefasta política económica.
El rumbo que encaró Macri es inadmisible. Por decreto y sin ningún debate en el Congreso, el presidente atenta contra nuestra democracia y rompe con un acuerdo que databa de más de 30 años.
“Nuestras Fuerzas Armadas no han sido capacitadas para cumplir con las tareas que cumplen las fuerzas de seguridad. Los elementos de combate de los militares argentinos están entrenados para el empleo de la violencia en su grado más extremo, y en un contexto de guerra, y no están instruidas para actuar bajo órdenes de fiscales y jueces, ni para aportar pruebas para procesos penales, ni para realizar inteligencia criminal, ni para investigar la comisión de delitos”, había explicado la doctora en sociología Paula Canelo en un ensayo para revista Anfibia.
Parece que no alcanza de ejemplo el fracaso en la aplicación de estas recetas en Argentina y cómo se materializó en nuestro pasado más oscuro. Tampoco bastan fallidas experiencias de países latinoamericanos como México y Colombia en este sentido en el contexto reciente.
Este Gobierno ha llevado adelante un modelo económico de miseria planificada para el pueblo. Un modelo que sólo cierra con represión. No podemos permitir que, bajo la excusa de “modernización”, volvamos al pasado. Fuerzas armadas represivas NUNCA MÁS.
No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos.
¡Ni un paso atrás!
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