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» » "No es justo que un gobierno local se haga cargo en soledad de un problema humanitario global"

(19/07/15 - Tragedia Humanitaria Africana)-.Enrico Ioculano, el Alcalde de Ventimiglia, la ciudad de frontera italiana en la que más de 200 inmigrantes viven en un centro de la Cruz Roja local y otros tantos esperan cruzar a Francia mientras duermen en las rocas, pide "un compromiso" de la Unión Europea (UE) para hacer frente común a la inmigración.
  
A medio camino entre dos de las perlas de la Liguria y la Costa Azul, San Remo y Montecarlo, la idílica Ventimiglia se convirtió en el cuello de botella de un problema al que los líderes de la UE aún no le han encontrado una solución en las cumbres que de mayo y junio pasado en las que buscaron, sin éxito, asignar un sistema de cupos por país, tras una crisis migratoria que dejo miles de víctimas en el Mediterráneo.

Enrico Ioculano pidió "un compromiso" de la Unión Europea (UE) para hacer frente común a la inmigración y afirma: "no es justo que un gobierno local se ocupe en soledad de un problema global".

"Necesitamos que la UE sea más que la unión de los Estados para los bancos, que sea una unión política, que pueda enfrentar este tipo de situaciones" "Necesitamos que la UE sea más que la unión de los Estados para los bancos. Que sea una unión política, que pueda enfrentar este tipo de situaciones y sus desafíos", reclamó Ioculano, de 29 años, en entrevista con Télam en su oficina de la Comuna local.

"No es justo que un gobierno local, como el nuestro, se haga cargo en soledad de un problema humanitario global", arremetió el Alcalde (Sindaco), quien gobierna la comuna de 25.540 habitantes, bastante menos de los 43.460 migrantes que sólo en junio de este año llegaron por mar a Europa, según Naciones Unidas.

"Esperamos un poco más de Europa. Debe ser una unión de Estados para gestionar los problemas de la gente, este tipo de soluciones", reclamó y criticó: "parece que hay que esperar una nueva crisis en la inmigración para que se hable del tema".

A metros del paso fronterizo entre Italia y Francia, de cara al Mediterráneo, aún duermen en los improvisados campamentos sobre las piedras del Puente Ludovico, cerca de 40 inmigrantes, mayoritariamente de Sudán y Eritrea.
"Parece que hay que esperar una nueva crisis en la inmigración para que se hable del tema" "Ahora quedan pocos en la frontera. Despacio, pero se van", confió Ioculano, electo en junio de 2014.

"Diferente es la situación en la estación de Ventimiglia, donde hay casi 200 inmigrantes por noche. De todos modos, el flujo que llega ha ido bajando de lo que fue hace un mes. Estamos en una fase de equilibrio: llegan en igual número de los que se van", aseguró.

Y explicó el ciclo que trae a los migrantes en los trenes hacia el último municipio italiano en el oeste, cercano a la frontera francesa: "sabemos que cuando llegan a Lampedusa, en unos 4 ó 5 días están aquí".

Ioculano, del Partido Democrático, resume que la comuna ayudó con la gestión para que funcione en la estación ferroviaria local el centro en el que la Cruz Roja de Ventimiglia brinda comida y un lugar para dormir a unos 200 inmigrantes cada noche, además, de hacerse cargo de una parte de los gastos de su estadía.

"Al comienzo llegaban por la noche, y esperaban en la estación el primer tren de la mañana hacia Francia, desde donde buscan ir hacia los países nórdicos. Pero ahora los que llegan intentan pasar sin éxito: Francia impidió el pasaje de estos migrantes y quedan aquí", explicó Ioculano.

Pero más allá del cambio "importante" en el día a día en la localidad, Ioculano destaca la "muy buena respuesta de los ciudadanos de Ventimiglia".

"Se solidarizaron y mantienen un comportamiento de respeto. Claro que esta situación no la podemos sostener por mucho tiempo. Es muy cansadora. Ya van 30 días en los que quitamos mucha atención a los temas nuestros de cada día. No considero justificable que tenga que ser nuestra Alcaldía la que se ocupe de este tema en soledad", reprochó.

En tanto, reconoció que hasta ahora no tuvo "ningún contacto" con su contraparte francés en la selecta Menton, al otro lado de la frontera, para ejemplificar los temas pendientes en el proceso europeo de integración.

En el "oasis Ventimiglia", como llaman los lugareños a su localidad, el 'Síndaco' visita dos veces por día la estación y subraya ante Télam que "no tuvimos ningún problema del orden público", en contraste con las posturas de otros seis jefes comunales de la Liguria, que bloquearon sus comunas a todo inmigrante que no presente una "tessera" (tarjeta) sanitaria de buena salud.

El impulsor de esa corriente fue Enzo Cánepa, Alcalde de Alassio, que también incluyó en su política de puertas cerradas a los sudamericanos.

"Debemos proteger la seguridad de los residentes. No podrán entrar migrantes extracomunitarios al área municipal que carezcan de la documentación necesaria, incluida la de salud", justificó Cánepa la medida impulsada como "Tutela sanitaria", a comienzos de mes.

Incluso el papa Francisco se refirió a este tema en una audiencia luego de la explosión de la crisis inmigratoria y en Plaza San Pedro pidió "perdón" por "todas las personas y las instituciones que cierran la puerta a estas personas que buscan, la vida y a su familia", en referencia a los inmigrantes.

Ioculano en cambio prefiere un diplomático "no comment" sobre la postura de sus colegas, aunque de todos modos, apunta que "esto que pasa aquí es una situación extraordinaria, la llegada de 150, 200 migrantes en una noche. Pero por eso no tenemos que descuidar la posibilidad de dar soluciones a través de los canales formales de la inmigración".

"Si a nuestras ciudades, de casi 20.000 habitantes, nos dicen que hay que ir tomando de a 8 o 10 habitantes es un número bajo. No es nada. Eso tenemos que ir haciéndolo", propuso.

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