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(20/09/16 - Catamarca)-.Luego de la incorporación de apellidos del tipo Martínez de Hoz, Sturzzeneger y Prat gay al gabinete macrista, Ramón Saadi, gobernador de Catamarca depuesto por el crimen aberrante de María Soledad Morales anunció que está dispuesto a volver a la política para dirigir los destinos provinciales. 

Ramón Saadi, quien fuera corrido del gobierno catamarqueño tras el asesinato de María Soledad Morales. Confirmó que está trabajando para ser candidato a conducir Catamarca en 2019 y cargó duro contra el Ejecutivo provincial que encabeza su prima, Lucía Corpacci. Además, pidió más minería para combatir la pobreza y "posibilitar estar sentados en grandes sillones".


El ex gobernador de Catamarca, Ramón Saadi, confirmó en diálogo con la prensa que está trabajando para ser candidato a gobernador en 2019 y criticó fuerte al actual gobierno provincial, que conduce su prima Lucía Corpacci. 

"Vamos a participar del proceso interno del PJ para que la victoria en estas elecciones se transforme en la victoria de los catamarqueños y no de un grupo o grupúsculo como los que conducen o no conducen el gobierno de Catamarca", disparó. 

En esa línea, Saadi afirmó que "este gobierno no tiene nada, ni un proyecto" y que por esa razón llevan "27 años perdidos los catamarqueños".

Aseguró que "esta pareja de gobernantes son la vergüenza de las provincias argentinas" y luego lanzó una polémica propuesta para combatir la pobreza con minería: "Hoy somos el territorio más pobre de la Argentina y la minería nos tendría que posibilitar estar sentados en grandes sillones, con piedras preciosas, con metales como el oro, la plata y nosotros disfrutarlo como gobierno".

Finalmente, el ex gobernador pidió a su primo, Gustavo Saadi, actual ministro de Gobierno de la provincia, que se saque el apellido "porque no merece llevarlo".

"Veo a este aprendiz que sólo sirve para limpiar las pisadas a la pareja gobernante y tiene como mérito propio la utilización de las cajas chicas y de las grandes", fustigó finalmente a su primo.

En 1991, el gobierno de Ramón Saadi fue intervenido por el entonces presidente Carlos Menem, meses después del asesinato de la joven María Soledad Morales. Las sospechas apuntaban a “los hijos del poder”, con una investigación que tiempo después culminó con dos condenados por la Justicia.

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