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» » El torturador beneficiado por un fallo de la Corte está en libertad condicional desde hace un año

(04/05/17 - DD HH)-.El represor beneficiado por un fallo de la Corte Suprema que sienta jurisprudencia y provocó la unánime repulsa de los organismos de DD.HH., el agente civil de inteligencia Luis Muiña (foto junto a Bignone), está en libertad condicional desde hace aproximadamente un año luego de haber cumplido dos tercios de su condena, informaron a Télam fuentes judiciales. 

No es la primera vez que recibe ese beneficio, hace una década se le concedió, pero un fiscal logró revertirlo, reveló la periodista Miriam Lewin, que de joven fue detenida-desaparecida y escribió un perfil de él en el portal de TN.

Muiña integró durante la dictadura el "grupo de tareas" conocido como "Swat", integrado por una decena de hombres que operó dentro del enorme Hospital Posadas, en el oeste del Gran Buenos Aires.

El Swat instaló su base y centro clandestino de detención en un chalet del interior del nosocomio. Condenado a 13 años de prisión por delitos de lesa humanidad accedió a la libertad condicional tras casi nueve años de prisión.

De acuerdo a la investigación judicial, se lo encontró culpable de haber participado de la operación ilegal realizada el 28 de marzo de 1976 que en la que fueron secuestrados cinco trabajadores del citado nosocomio.

Se trató de un operativo militar comandado personalmente por el general de división Reynaldo Bignone que ocupó dicho establecimiento sanitario utilizando tanques y helicópteros.

Las víctimas de de ese operativo, que juzgó en primera instancia el juez federal Daniel Rafecas, fueron Gladys Evarista Cuervo, Jacobo Chester, Jorge Mario Roitman, Jacqueline Romano y Marta Elena Graiff.

Muiña también fue procesado por la muerte de dos médicos del Posadas secuestrados y torturados, pero en la instancia de juicio oral fue absuelto porque el tribunal que intervino entendió que esos asesinatos ya habían sido juzgados en una anterior causa por secuestros y torturas cometidas en "el chalet" del hospital.

Hoy la Corte suprema declaró aplicable al caso de convicto Muiña la Ley 24.390 (conocida como del 2x1), que estuvo vigente entre 1994 y 2001, cuando fue derogada, y que computa dos años por cada uno efectivamente preso, a partir del inicio de la preventiva.

¿Quién es Muiña?
En el portal de TN, la periodista Miriam Lewin -que de muy joven fue secuestrada y detenida-desaparecida en la ESMA, escribió un perfil del beneficiado.  

"Formaba parte de un grupo de choque armado que aterrorizaba a trabajadores y pacientes del Hospital Posadas. Condenado por secuestros y torturas, se le otorgó el cómputo en contra de lo decidido por la Cámara de Casación.

El enorme predio del Hospital Posadas fue ocupado por fuerzas militares (del Ejército y la Fuerza Aérea) y policiales el 28 de marzo de 1976.  Treinta de sus empleados fueron secuestrados: por lo menos once de ellos nunca volvieron a aparecer. Más de 150 fueron despedidos.

Luis Muiña, hoy de  61 años, fue beneficiado por la Corte Suprema con el 2 x 1. Había sido condenado en 2011 a 13 años de prisión por secuestro y torturas durante su estadía en ese hospital del oeste del Gran Buenos Aires.

Uno de los casos emblemáticos por el que se lo condenó fue Jacobo Chester, empleado del departamento de estadísticas del hospital. Fue secuestrado en su casa por miembros del grupo de tareas que integraba Muiña. Su cadáver apareció flotando frente a la Dársena F del puerto de Buenos Aires.

Según describió el juez Daniel Rafecas en el procesamiento, en el Posadas "lejos de velarse por la vida y por la integridad física de las personas, se sometió a los cautivos a un régimen de terror".

La residencia destinada al director del hospital, conocida como El Chalet fue usada para instalar un centro clandestino de detención. El doctor Julio Rodríguez Otero, entonces a la cabeza de un proceso democratizador del hospital, fue arrestado y torturado allí.

Al mando de todo estaba el general Reynaldo Bignone. Se creó un grupo de choque parapolicial, el "Comando de Seguridad Interna", del que formaba parte personal no uniformado. Provenían de las patotas del Ministerio de Bienestar Social de López Rega: eran policías exonerados de la fuerza.
Luis Muiña integraba ese equipo, conocido como SWAT, por una serie televisiva de moda en aquellos años. Se paseaba por el enorme predio a bordo de un móvil haciendo ostentación de armas largas y ejecutaba la represión.

El coronel médico Julio Ricardo Esteves, interventor militar, asumió, dijo, "para proteger el lugar de  resentidos, disociadores y subversivos".
Estaba convencido de que en el hospital funcionaba una posta sanitaria destinada a atender a guerrilleros heridos.
Estéves contrató a Muiña, que fue transferido desde un hospital rural de Belén, Catamarca, en julio de 1976, para formar parte de la fuerza de choque.

La justicia dio por probado que el SWAT dependía en un principio de la Fuerza Aérea, Brigada Aérea del Palomar, a pesar de que su disolución se dio después de un enfrentamiento a tiros entre personal del Ejército y de la Fuerza Aérea.
La escuadra irregular, el Swat, había acumulado demasiado poder y era incontrolable.

En su defensa, los abogados de Muiña alegaron que tenía escasa instrucción y escaso grado, y que había sido "adoctrinado". Pretendieron instalar la idea de que la única transgresión del grupo al que pertenecía fue su actitud prepotente, que tenía una finalidad meramente disciplinadora.
Sin embargo, Muiño fue reconocido por testigos como autor de crímenes de lesa humanidad.

Muiña había sido condenado en el 2011 a 13 años de prisión por secuestros y torturas. Cinco víctimas lo reconocieron, entre ellos Gladys Cuervo, que relató que el condenado participó de su interrogatorio bajo tormento.

No es la primera vez que le conceden el 2 x 1. Lo había hecho el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2, contando doble sus días en prisión preventiva después de los primeros dos años en la cárcel. Pero el fiscal Martín Niklison había presentado un recurso en contra y la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal le había hecho lugar.

Ahora, en cambio, la Corte Suprema lo benefició.

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