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» » Cuatro hermanos centenarios arrojan luz sobre genes de longevidad

(04/05/17 - Investigación Científica)-."¿Nadie te ha recomendado que dejes de fumar?", le preguntó en Nueva York el médico Nir Barzilai a Helen Kahn. “Sí, claro, pero los cuatro médicos que me recomendaron dejar de fumar han muerto”, respondió ella. Kahn, a la que todos llamaban Happy (“feliz”), fumó durante casi 95 años. Falleció tras una vida saludable, pocas semanas antes de cumplir 110 años.

Su hermano, Irving Kahn, fue una leyenda en Wall Street. Empezó a trabajar en la Bolsa de Nueva York poco antes del Crac de 1929. Y siguió yendo a trabajar como analista financiero hasta poco antes de su muerte, en 2015, a la edad de 109 años. Antes murieron su hermano Peter, a los 103, y su hermana Lee, a los 101.

“Los hermanos Kahn demuestran que tenemos la capacidad como especie de vivir hasta los 110 años de manera saludable. Los cuatro tuvieron salud hasta el final de su vida. Y también muestran que existe un factor genético”, explica Barzilai, director del Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Nueva York.

Ahora, Barzilai dirige el Proyecto de los Genes de la Longevidad, un ambicioso estudio para investigar el material genético de 670 personas que han vivido alrededor de 100 años o más. Todos son judíos asquenazíes, una población históricamente homogénea que constituye un laboratorio perfecto para estudiar su genética. El trabajo arrancó en 1998. La mayoría, como los hermanos Kahn, ya ha muerto. Pero su ADN sigue hablando.

“El 60 % de nuestros hombres centenarios y el 30 % de nuestras mujeres fumaron durante un largo periodo de tiempo. Casi el 50 % eran obesos durante su vida y menos del 50 % hacían ejercicio. No hacen nada saludable. Tienen genes que los protegen. Y los tenemos que encontrar”, proclama Barzilai, de paso por Madrid (capital de España) para inaugurar el Congreso Interdisciplinar de Genética Humana, invitado por la Fundación Instituto Roche.

El 60 % de nuestros hombres centenarios y el 30 % de nuestras mujeres fumaron durante un largo periodo de tiempo. Casi el 50 % eran obesos durante su vida y menos del 50 % hacían ejercicio. No hacen nada saludable. Tienen genes que los protegen. Y los tenemos que encontrar”, dice Barzilai, director del Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Estados Unidos.

Los hermanos Kahn, relata, tenían una mutación en un gen asociada a niveles más altos de colesterol bueno. “Y hay más proporción de personas con esta mutación entre los centenarios que en cualquier otro rango de edad”, señala el médico. Las personas que presentan esta mutación tienen, además, menos probabilidades de sufrir alzhéimer.

En el congreso de Madrid, el médico adelantó un nuevo hallazgo. “Los ponis viven más que el resto de los caballos. Y los perros pequeños viven más que los grandes. Yo pensaba que esto no iba a ocurrir en los humanos, pero estaba equivocado. Más de la mitad de mis centenarios no tienen una actividad correcta de la hormona del crecimiento, por varias razones”, detalla. Sus resultados, afirma, se publicarán próximamente en la revista especializada Science Advances.

Al final de este verano, el médico pretende comenzar un ensayo clínico que será revolucionario si confirma sus sospechas. La hipótesis de Barzilai, como la de muchos expertos, es que las enfermedades asociadas al envejecimiento —como el cáncer, el alzhéimer, los ataques cerebrales y los problemas cardiovasculares— se pueden retrasar en bloque.

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