Dos jornadas de capilla ardiente y una misa, formaron parte de los homenajes al periodista Javier ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el chofer Efraín Segarra, quienes llegaron a la localidad ecuatoriana de Mataje el 25 de marzo, para realizar un reportaje sobre la violencia en la zona desde inicios de 2018, sin saber que sería ese su último día de libertad.
Secuestrados por miembros del Frente Oliver Sinisterra, liderado por alias Guacho y formado por disidentes de la exguerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, los comunicadores solo fueron vistos una vez, cuando aparecieron en un video en el cual pedían al gobierno nacional que actuara para facilitar su regreso a la vida normal.
El 13 de abril, el presidente de la República, Lenín Moreno, afirmó, públicamente, que habían sido asesinados y entonces las acciones para su liberación cambiaron por operaciones conjuntas con Colombia para encontrar sus cuerpos y lograr la repatriación.
Mientras, en Quito, trabajadores de diversos medios de comunicación, familiares de Javier, Paúl y Efraín y ciudadanía en general pidieron, cada noche, por el hallazgo de los cadáveres, su retorno y por capturar a los responsables de un hecho sin precedentes en este país sudamericano.
Los cuerpos de los informadores llegaron a esta capital el 27 de junio, luego de un proceso de identificación efectuado tras ser encontrados en una zona rural de Tumaco, en Colombia, seis días antes.
Hoy, las familias los lloran, sus colegas los recuerdan con admiración y el pueblo los acompaña a su permanente morada, donde esperan, después de los malos momentos sufridos, que descansen en paz.
'Que nadie se canse', una de las consignas que marcaron la lucha por la liberación, recuperación y retorno del equipo de prensa, se convierte hoy en bandera para mantener la demanda de conocer las circunstancias en las cuales ocurrieron los hechos y exigir justicia y las sanciones pertinentes para los responsables de tan abominable crimen.
Mientras, las autoridades nacionales mantienen el compromiso de reforzar el combate al crimen transnacional en la frontera norte, para garantizar la seguridad de sus poblaciones y evitar que incidentes similares se repitan en una nación considerada 'de paz'.
Por Sinay Céspedes Moreno, PL
