En la reunión se discutieron cuestiones específicas sobre derechos humanos definidas previamente entre ambas partes, del ámbito de los derechos civiles y políticos y de los económicos, sociales y culturales. Ambas delegaciones participaron en el diálogo guiadas por el interés de propiciar el intercambio de opiniones y ampliar el conocimiento de las respectivas realidades.
Aunque se evidenciaron profundas diferencias de posiciones y enfoques en varias de las cuestiones debatidas, se ratificó la voluntad de abordar cualquier tema, con pleno respeto a la igualdad soberana, la independencia y la no injerencia en los asuntos internos de las Partes.
El jefe de la delegación cubana subrayó el bajo nivel de participación en los procesos electorales europeos, reflejo de la crisis de confianza y de las limitaciones de la democracia representativa burguesa. También destacó las fortalezas de la democracia socialista cubana, que se fundamenta en la plena participación ciudadana y de las organizaciones de la sociedad civil.
El diplomático cubano reiteró el interés de que este diálogo contribuya a un tratamiento eficaz, constructivo y no discriminatorio del tema de los derechos humanos, y al avance en el proceso de construcción de mejores relaciones entre la Unión Europea y Cuba.
En este sentido, se abordaron también aspectos relacionados con el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la UE y sus Estados miembros, firmado en diciembre pasado. Este instrumento se convertirá en el marco que debe contribuir al desarrollo futuro de la relación entre las partes, incluyendo el diálogo político sobre una gama amplia y diversa de temas, así como los vínculos de cooperación.
Las sesiones anteriores del diálogo de derechos humanos tuvieron lugar en Bruselas y La Habana, en junio de 2015 y 2016, respectivamente.
