La investigación, publicada en American Journal of Geriatric Psychiatry, examinó los efectos de un suplemento de curcumina de fácil absorción en el rendimiento de la memoria en personas sin demencia, así como su impacto en las placas microscópicas y los enredos en el cerebro que se producen en las personas con alzhéimer.
“Exactamente cómo ejerce la curcumina sus efectos no es seguro, pero puede deberse a su capacidad de reducir la inflamación cerebral, que se ha relacionado con la enfermedad de Alzheimer y la depresión mayor”, dijo el doctor Gary Small, del centro y de la división de psiquiatría geriátrica en el Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana en la UCLA, y autor principal del estudio.
La investigación implicó a 40 adultos de entre 50 y 90 años que tenían problemas leves de memoria. Los participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir un placebo o 90 miligramos de curcumina dos veces al día durante 18 meses.
Exactamente cómo ejerce la curcumina sus efectos no es seguro, pero puede deberse a su capacidad de reducir la inflamación cerebral, que se ha relacionado con la enfermedad de Alzheimer y la depresión mayor”, dijo el doctor Gary Small, del centro y de la división de psiquiatría geriátrica en el Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana en la UCLA, y autor principal del estudio.
Las personas que tomaron curcumina experimentaron mejoras significativas en su memoria y habilidades de atención, mientras que las que recibieron placebo no lo hicieron, manifestó Small. En las pruebas de memoria, quienes tomaron curcumina mejoraron en un 28 % durante los 18 meses.
Esos participantes también tuvieron mejoras leves en el estado de ánimo, y sus escaneos de cerebrales mostraron significativamente menos señales de placas amiloide y tau, en la amígdala y el hipotálamo.
