El estallido sacó de operación la Central San Juan y la termoeléctrica de Palo Seco, en Toa Baja (norte), lo que desencadenó el colapso del endeble sistema puertorriqueño, destruido el 20 de septiembre del año pasado por el huracán María, por lo que aún una tercera parte de los 1,6 millones de abonados está sin electricidad.
Ambas plantas retornaron a sus operaciones en la madrugada de este lunes, luego de salir de funciones en la noche del domingo, lo que dejó a oscuras varios municipios de la zona metropolitana de San Juan, además de la franja norte desde la capital hasta Arecibo.
El aeropuerto internacional de Isla Verde, en el vecino municipio de Carolina, ya recuperó el servicio, después de operar con un generador particular.
Antes del episodio de Monacillos, áreas de San Juan, Arecibo, Manatí, Hatillo, Camuy y Barceloneta se hallaban sin electricidad, debido a que una importante línea, la 41300, que transcurre de norte a sur, sufrió una avería.
El director en funciones de la AEE, Justo González, aseguró a la emisora WKAQ Radio que el siniestro se originó en tres cilindros llenos de mecanismo eléctrico y aceite.
Esta situación causó de algún modo que se calentara el aceite y ocasionó una ruptura que desató el incendio en la subestación en el sector capitalino de Monacillos.
El portavoz de la AEE, Carlos Monroig, dijo que se ha conseguido devolver la electricidad al 75,94 por ciento de los clientes, lo que representa un millón 118 mil 589 de los abonados.
Reconoció que hay sectores del área metropolitana que pudieran demorar más tiempo en regresar a la normalidad.
Monroig aclaró que ingenieros de la AEE han atribuido el problema del incendio en la subestación, donde no hubo heridos, a una falla mecánica.
