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» » Puente: La subversión de la idea (Incluye galería de fotos de archivo del puente de la discordia)

Puente custodiado de un ferrocarril que alguna vez fue la opción de viaje
 de quienes no tenían para viajar 
(06/09/16 - Gestión Macri, Opinión, *por Hugo Delgado)-.Los puentes eran manos tendidas entre cuerpos separados desde que la humanidad los inventó. Miles de años de unir lados para que venga un genio similar a quien los inventó y los convierta en muros.

La noticia asombró a propios y extraños, pero sobre todo indignó a quienes transitan o han transitado alguna vez por esas calles de Temperley y han tenido que cruzar esa muralla que son las vías del ferrocarril, separando familias y convirtiendo, no el agua en vino como aquél de las escrituras, sino cien metros en un kilómetro y medio.


El problema del ferrocarril, en Temperley, es realmente un problema por varios motivos, todos ellos fundados en que no existe un solo paso a nivel peatonal en kilómetros.


El primero esta dado por una cuestión esencialmente humanitaria y consiste en la gran cantidad de vecinos longevos de la ciudad que se ven imposibilitados, salvo que lo hagan con un taxi o un remisse, de visitar amigos y familiares si viven "del otro lado del muro".

Es que las escaleras de los puentes son una barrera infranqueable para una persona mayor, aún en el puente principal, ése en el que ahora la administración macristra del ferrocarril pretendió cobrar peaje. Y ni hablar en el "puente angosto", donde la subida es mucho más empinada.

El segundo motivo ha sido los gravísimos perjuicios económicos que esa división ha infringido sobre el comercio de la ciudad, que sabe de antemano que sólo puede competir por las ventas con su mitad de ciudad, a lo que los comercios del oeste debieron agregar la desleal competencia de COTO.


Ahora bien, no conforme con esa división natural y la ausencia de lo que por derecho humano les corresponde a los vecinos y transeuntes en general del lugar, desde el gobierno neoliberal de Mauricio Macri la administración de ferrocarriles se propuso ampliar la dificultad cobrando por pasar  por el puente de un lado a otro de la ciudad.


El objetivo, claro está, ahorrar en la cantidad de molinetes. Esa "evolución" macrista que propone primero cobrar y después mejorar el ferrocarril y por eso recauda antes de ampliar los andenes de las estaciones donde  las nuevas formaciones no entran por tamaño.


Entonces en vez de poner molinetes en las bajadas a los andenes, que por cierto son alrededor de diez, los pone en los ingresos al puente que son dos, aunque eso signifique dejar a decenas de miles de vecinos sin un paso adecuado de un lado a otro de la ciudad.

La prepotencia gerentista del gobierno supone que por ser vecino del conurbano una persona debe adecuarse a cualquier condición de vida que les impongan los patrones de estancia devenidos Presidente y miembros del gabinete y funcionarios, así esto signifique que decenas de miles de personas deban pasar por un puente que no llega a los tres metros de ancho.


Macri, el constructor de grietas, el agrandador de brechas, el abanderado del odio de clase, dio una nueva muestra de su desprecio por las mayorías, esas clases baja y media baja, y desde luego aquellos desclasados enviados a la marginalidad por los despidos compulsivos, convirtiendo un puente en un símbolo de la desunión.

No importa, no es relevante que después de las protestas de cientos de vecinos se haya encontrado una solución, porque las soluciones se tienen que aportar antes de que ocurran las protestas.

No se puede gobernar con absoluta despreocupación por los daños colaterales de las decisiones gerenciales y después, cuando la protesta es incontrolable, buscar un paliativo, porque ser ciudadano y aún habitante otorga derechos y si alguno de los miembros del gobierno tuviera al menos una pizca de ese republicanismo que tanto cacarean y tan poco conocen, lo sabrían.

Es inconcebible que luego de ocurridos estos hechos que generan puebladas no haya funcionarios despedidos; es inconcebible que ministros, secretarios, directores y gerentes sigan gestionando con el método de prueba y error, porque esas pruebas y esos errores le quitan tiempo de su vida al Pueblo.

En los meses de gestión de la alianza neoliberal conservadora Cambiemos los ciudadanos nos hemos debido movilizar para reclamar por decenas de acciones arbitrarias y en algunos casos confiscatorias del gobierno y sus gerentes sin que eso haya generado una sola renuncia ni un solo despido de los funcionarios que las habían generado.

Esto debería darle una idea de qué clase de gobierno tenemos a quienes aún piensen que "se equivoca".

Mientras tanto desde el gobierno siguen realizando su tarea subversiva de cambiar significado y sentidos. República es para Cambiemos la suma del poder en el presidente (algo así como una monarquía o una dictadura), los reclamos son palos en la rueda, la evasión impositiva una contabilidad creativa y desde luego los puentes, una cabina de peaje que impide que los pobres anden por ahí libremente enturbiando el paisaje.


Galería de Archivo del puente por donde pretendían que crucen los vecinos
Fotografías: Hugo Delgado







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